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Todo se transforma

“El lenguaje evoluciona, sabe que el mundo no es el genérico masculino que nos impusieron sino que existimos las mujeres, lxs trans, lxs no binaries…”.

“¿Eres de ‘x’ o de ‘e’?”, me preguntó Cristian Alarcón, director de Revista Anfibia, en una charla sobre lenguaje inclusivo. “De ‘x’ siempre”, le respondí; y esbocé una explicación sobre el gusto que me produce ver esa letra disonante, tan dura, tan poco estética, en una oración con el impuesto genérico masculino. No quiero “todos”, quiero “todxs” porque se lee disruptivo y radical, como es finalmente la idea de concebir al lenguaje como una fuerza dinámica.

Ana Requena dijo que prefería la ‘e’. Como en ‘todes’. “Es porque me gusta incomodar”. Tiene razón la editora de género de Eldiario.es. ¿No es acaso agitar los cimientos más enquistados, e interpelar a los poderosos, lo que hacemos quienes creemos en el periodismo feminista? Viéndolo en perspectiva, cuánto habría ayudado el lenguaje inclusivo cuando el Gobierno anunció el “pico y placa de género”. Muchas personas no binarias, por ejemplo, se habrían sentido respaldadas ante las restricciones del Estado por la pandemia.

Suena utópico. Por ahora. Tenemos aún en la prensa ideas muy cuadriculadas. No sabemos cómo abordar el nuevo paradigma de la inclusión. Parece más fácil oír a una RAE que acepta términos como ‘guasap’ y ‘trol’ pero que se resiste a un idioma más amplio y diverso por ser “innecesario e impronunciable”, “ajeno a la morfología del español”, esa pobre lengua disminuida, según Vargas Llosa, que se volvió universalidad y formó instituciones que “determinaron el progreso y la modernidad”. Pero el lenguaje no es estático. Al contrario: evoluciona, sabe que el mundo no es ese genérico masculino que nos forzaron a naturalizar sino que existimos las mujeres, lxs trans, lxs intersexuales, lxs no binaries.

No hubo consenso al final de la charla sobre cuándo o de qué forma utilizaremos como norma lo incluyente en nuestros medios. Lo que quedó claro es que el debate está puesto. Que entiendan que el lenguaje inclusivo no deja fuera a ninguna persona y que “nada se pierde, todo se transforma”.

Lucia Solis Reymer

Casa de Brujas

Periodista y editora de género en Grupo La República. Licenciada en Comunicación y Periodismo por la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y máster en Estudios de Género por la Universidad Complutense de Madrid.