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Neutralidad en carbono para el 2050

“La COVID y el clima nos han llevado a un umbral. No podemos volver a la desigual y frágil normalidad de antes...”.

Por: António Guterres (*)

Mientras el mundo celebra el quinto aniversario de la aprobación del histórico Acuerdo de París sobre el cambio climático, se está forjando un prometedor movimiento en pro de la neutralidad en carbono. Para el próximo mes, países que representan más del 65% de los gases de efecto invernadero nocivos y más del 70% de la economía mundial se habrán comprometido a alcanzar emisiones netas cero para mediados del siglo.

La ciencia nos dice que, a menos que reduzcamos la producción de combustible fósil en un 6% cada año de aquí a 2030, las cosas empeorarán. En cambio, el mundo se encamina hacia un aumento anual del 2%.

La recuperación de la pandemia nos da una oportunidad inesperada pero vital para atacar el cambio climático, arreglar nuestro medio ambiente mundial, rediseñar las economías y reimaginar nuestro futuro. Esto es lo que debemos hacer:

En primer lugar, debemos construir una verdadera coalición mundial en pro de la neutralidad en carbono para 2050.

La Unión Europea se ha comprometido a hacerlo, al igual que más de 110 países. También el gobierno entrante de los Estados Unidos. China se ha comprometido a alcanzar ese objetivo antes de 2060.

Cada país, ciudad, institución financiera y empresa debe adoptar planes para efectuar la transición a emisiones netas cero, lo cual implica reducir las emisiones mundiales para 2030 en un 45% respecto de los niveles de 2010. Los Gobiernos están obligados en virtud del Acuerdo de París a fijar metas más ambiciosas cada cinco años y presentar compromisos reforzados.

Según la Organización Internacional del Trabajo, pese a las inevitables pérdidas de puestos de trabajo, la transición a la energía limpia redundará en la creación neta de 18 millones de puestos de trabajo para 2030.

En segundo lugar, debemos alinear las finanzas mundiales con el Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el plan mundial para un futuro mejor.

Es hora de fijar un precio al carbono; poner fin a los subsidios a los combustibles fósiles y a su financiación; dejar de construir nuevas centrales eléctricas de carbón; trasladar la carga fiscal de los ingresos al carbono, y de los contribuyentes a los contaminadores; hacer obligatoria la divulgación de los riesgos financieros relacionados con el clima; e integrar el objetivo de la neutralidad en carbono en todas las decisiones económicas y fiscales.

En tercer lugar, debemos lograr un avance decisivo en materia de adaptación y resiliencia para ayudar a quienes ya se enfrentan a los graves efectos del cambio climático.

La ayuda que prestamos hoy no es suficiente: la adaptación representa apenas el 20% de la financiación para el clima. La adaptación y la resiliencia revisten especial urgencia en los pequeños Estados insulares en desarrollo, para los cuales el cambio climático es una amenaza existencial.

El próximo año nos ofrece muchas oportunidades para hacer frente a nuestras emergencias planetarias, a través de las grandes conferencias de las Naciones Unidas y otras iniciativas en los ámbitos de la biodiversidad, los océanos, el transporte, la energía, las ciudades y los sistemas alimentarios. La propia naturaleza es uno de nuestros mejores aliados: las soluciones basadas en la naturaleza podrían aportar un tercio de las reducciones netas de las emisiones de gases de efecto invernadero necesarias para cumplir los objetivos del Acuerdo de París. Y mientras la humanidad concibe estrategias para preservar el medio ambiente y construir una economía verde, necesitamos más mujeres que tomen decisiones en las mesas de negociación.

La COVID y el clima nos han llevado a un umbral. No podemos volver a la desigual y frágil normalidad de antes; en cambio, debemos avanzar hacia un camino más seguro y sostenible. Como las decisiones de hoy marcarán el rumbo de las próximas décadas, debemos hacer que la recuperación de la pandemia y la acción climática sean las dos caras de la misma moneda.

(*) Secretario general de la Organización de las Naciones Unidas

Neutralidad en carbono para el 2050.

Neutralidad en carbono para el 2050.

La República

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