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Un policía en tu camino

“Una institución que revictimiza, que le dispara a su propio pueblo, es la evidencia de un sistema que está podrido”.

“La policía no me cuida, me cuidan mis amigas’', es una arenga feminista que se canta en marchas para visibilizar la violencia policial a la que son sometidas las mujeres cuando caminan, protestan o denuncian.

Es un grito que se alza en las movilizaciones contra la violencia de género, por la legalización del aborto, en el Día del Orgullo LGTBIQ+, como tantos otros pero que hoy, más que nunca, se mantiene vigente tras los asesinatos de Inti y Bryan.

“Yo abortaría por si se hace policía”, canta la argentina Sara Hebe, " Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía”, dijeron ‘Las Tesis’ de Chile. Estas afirmaciones responden y se basan en la violencia sistemática que ejerce la policía en Latinoamérica hacia los colectivos más vulnerables: mujeres, personas LGTBIQ+, indígenas. Están en este grupo, también, quienes utilizando su legítimo derecho a la protesta se movilizaron pacíficamente contra un golpe de Estado y, a cambio, recibieron ataques y perdigones, como sucedió en el Perú durante las últimas movilizaciones.

No son solo los “malos elementos’'. Una institución que revictimiza en casos de violencia de género, que le dispara a su propio pueblo siendo cómplice de quienes defendieron sus intereses, es la evidencia de un sistema que está podrido y que no necesita ’'parches’', sino una reforma completa y radical.

Muchos se han indignado con el señalamiento a las fuerzas del orden. Hablan de ingratitud, del peligro de generalizar, así como “no todos los hombres, “no todos los policías”, dicen. Un mensaje que avala, además, el presidente Sagasti.

Si decimos ’'Perú, país de violadores’' es porque la impunidad que gozan los agresores y la cultura de la violación funcionan perfectamente en la sociedad peruana a través de discursos machistas y falta de políticas públicas. Sucede lo mismo con los agentes policiales. Se ha normalizado la represión con armas y la indolencia: los cables rotos de un cajero importan más que las vidas de inocentes.

Lucia Solis Reymer

Casa de Brujas

Periodista y editora de género en Grupo La República. Licenciada en Comunicación y Periodismo por la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y máster en Estudios de Género por la Universidad Complutense de Madrid.