Pagando cuentas

Los partidos cuyas bancadas en el Congreso votaron mayoritariamente por la vacancia presidencial experimentan ahora un proceso de crisis en sus filas.

El golpe mayor recae por el momento en Alianza para el Progreso (APP), el partido de César Acuña, que enfrenta una renuncia masiva de militantes, incluidos regidores de Trujillo. En Lima, la congresista Carmen Omonte, que es además integrante de la plancha presidencial que encabeza Acuña, abandonó la bancada parlamentaria de ese partido.

Si bien en Acción Popular (AP) ya había una pelea interna por la candidatura presidencial, un sector de dirigentes cuestionó públicamente a los populistas que respaldaron a Merino en sus seis días en el poder. Otra consecuencia en el partido de la lampa ha sido la renuncia de Alfredo Barnechea a su precandidatura presidencial.

Mientras tanto, varios parlamentarios “vacadores” se han dedicado a pedir disculpas al país y a darse golpes de pecho en público. No calcularon los efectos políticos de su votación y la reacción multitudinaria de los jóvenes en las calles que rechazan las maniobras y los vicios de la clase política.

Una reciente encuesta de Ipsos registra la caída de dos puntos de Keiko Fujimori (Fuerza Popular). Pierden un punto Daniel Urresti (Podemos) y Acuña. En cambio, Julio Guzmán (Partido Morado) y Verónika Mendoza (Juntos por el Perú), que marcharon con los jóvenes, ganaron un punto.

Es de prever que el electorado castigará en las urnas a los que apoyaron la vacancia y favorecerá a quienes se opusieron a ella. Al menos advertidos están estos políticos que no supieron escuchar a la población.