Mujer, feminista y de izquierda

Quien escribe quiere honrar en este pequeño espacio la lucha de Inti Sotelo Camargo y Jack Bryan Pintado Sánchez, víctimas de la represión policial durante las protestas contra el golpe de Estado perpetrado por Manuel Merino. Con 22 y 24 años, demostraron tener más coraje y amor por la democracia que cualquiera de los impresentables que fingen representarnos.

Inti y Jack no dieron su vida. Se las arrebataron policías traidores que voltearon sus armas contra el pueblo. Se las quitaron las miserias de quienes entre sus últimos vergonzosos actos está el de “terruquear”, como se lo hace la derecha más rancia a Rocío Silva Santisteban, quien encabezó la primera lista tentativa para asumir la presidencia de la República.

No solo los mismos fujimontesinistas como Martha Chávez, sino también periodistas y aspirantes fallidos a líderes de opinión la acusaron de extremista, comunista, terrorista.

¿Qué les preocupa? ¿Tener una presidenta de transición que condene la violencia machista? ¿Que crea que el aborto libre y seguro es un derecho legítimo de las mujeres? ¿Que apueste por el matrimonio igualitario en defensa de la comunidad LGTBIQ+, ignorada, burlada y violentada?

En un país donde importa más un cajero que un joven o una mujer asesinada, donde acceder a una cama UCI depende de cuánta plata tengas, donde escandaliza la educación en igualdad, ¡claro que hay que ser extremista! En un país que normaliza la indiferencia, el clasismo, el machismo, la homofobia, deslindar de todos los viejos y peligrosos mitos de la derecha, apostar por la diversidad, ampliar derechos es un acto radical que solo los verdaderos demócratas sabrán emprender.

Lo que les da miedo no es el “extremismo”, lo que les asusta es que una mujer, feminista y de izquierda, sea quien sea, lidere un país acostumbrado a los mismos corruptos, fascistas e indecentes de siempre. Lo que les aterra es la justicia social. Avalaron un golpe, aplaudieron la represión policial. Fíjense bien. Ustedes son los terroristas.