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Sin querer entender a la calle

Un gobierno desconectado de la gente puede acabar mal.

Si la nueva administración de Palacio de Gobierno no puede entender por qué el jueves hubo tanta gente en las calles de todo el país protestando, quizá ni llegue a comprender por qué será tan impopular y puede terminar sepultado por un olón que lo revuelque.

“Quiero comprender que algo les fastidia, pero no sé qué”, comentó el premier Ántero Flores-Aráoz el jueves ante una marcha multitudinaria pocas veces vista, luego de que Manuel Merino dijera, sobre lo mismo, que “esto se va a tranquilizar en el más corto plazo”.

Quizá no haya una única explicación para una movilización compleja que se origina en una vacancia rechazada por ocho de cada diez peruanos, y que muchos –como esta modesta columna– interpretan como un golpe de estado, aunque casi nadie de los que protestan derramen una lágrima por Martín Vizcarra, quien posee una aprobación ciudadana cuatro veces mayor que la de su reemplazante.

Las marchas iniciadas esta semana, con su expresión mayor el jueves y que continuaba ayer, son nutridas y variopintas, sin líderes –se rechazó a los que pretendieron meterse, como Verónika Mendoza en Cusco– ni agenda precisa, más allá de poner la cara de Merino en el bull, y que podrían articularse en la indignación por años de hartazgo de una dirigencia política del país que es mediocre, corrupta y prepotente.

Quizá, son ese grupo de gente hastiada del ritual de elegir siempre un mal menor, esos ‘ciudadanos sin república’ a los que alude Alberto Vergara.

Y si el gobierno reconoce que no los entiende, tampoco hace mucho esfuerzo por comprender, como lo evidencia la reacción de ministros como el de educación que dice que la marcha la convocó el terrorismo; de justicia que desliza un tipo de organización con propósitos subalternos; del interior tan entusiasta con meter bala, gas y palo a la gente; y del premier que, al día siguiente, felicita a los policías sin una palabra de solidaridad con los heridos.

Además, usando los medios del estado como instrumento político del gobierno, y unos videos anónimos pero de obvia producción gubernamental como respuesta a las marchas y que parecen hechos por unos papanatas.

Ni entienden nada de lo que pasa ni quieren hacerlo. Se la están buscando.

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