Así quedó la tabla de posiciones del grupo A en la Libertadores

Sin ideas

Los candidatos sin respuestas.

En sendas entrevistas, dos candidatos no supieron responder con exactitud sobre el monto de la Remuneración Mínima Vital (RMV) demostrando al mismo tiempo falta de conocimiento sobre un asunto básico de las políticas públicas, y falta de interés sobre un aspecto relacionado al empleo, específicamente el pago de los salarios. Ambos intentaron matizar luego sus declaraciones con comentarios que agravaron su desconocimiento, uno aduciendo que la RMV no se cumplía y otro que el monto, 930 soles, es “un montón de plata”.

Estas expresiones patentizan el estado de las ideas en la campaña electoral. Es cierto que el proceso electoral no es una competencia de conocimientos, aunque en aspectos específicos la falta de ellos puede indicar al mismo tiempo la ausencia de ideas.

Es probable que la elaboración de los planes de gobierno se encuentre en curso. No obstante, la crisis económica y la pandemia llevan sobre las espaldas de los peruanos siete largos meses, a pesar de lo cual la mayoría de partidos y candidatos no exhiben grandes ideas sobre cómo encarar estos graves desafíos y cambio de referencias genéricas al futuro de bienestar para todos.

La crisis política tampoco es nueva, pero la mayoría de candidatos no ha señalado su opinión respecto a cómo encarar el problema de la representación y los graves precedentes que para la democracia implican cuatro años de tensión entre el Ejecutivo y el Legislativo. Muy pocos candidatos presidenciales, por ejemplo, se han detenido un minuto para oponerse al debilitamiento de la institución de la presidencia de la República que desde hace semanas llevan adelante varios grupos políticos en el Congreso. De hecho, en más de un caso, la voz cantante en las mociones de vacancia la tienen partidos de candidatos que figuran con alguna posibilidad de éxito electoral.

Debería recordarse que una campaña electoral significa la competencia de planes de gobierno y de ideas fuerza, lo que supone preguntarnos en este caso dónde están las ideas. Falta de claridad sobre ellas alerta de otra dimensión del vaciamiento de los contenidos de nuestra democracia. Este déficit no sería relevante si no implicara, como se advierte, la resistencia a adoptar compromisos creíbles y razonables ante los ciudadanos.