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Francesco

“En consecuencia, no hay nada revolucionario en lo expresado por el papa. Eso sí. A diferencia de sus antecesores, Karol Wojtyla y Joseph Ratzinger...”.

Así se llama el documental del ruso Evgeny Afineevsky que fue presentado el pasado miércoles en el Festival de Cine en Roma, y que ha suscitado un debate embarullado.

En dicho documental -que, confieso, todavía no he visto- aparece una postura que el papa argentino habría adoptado en una entrevista realizada en mayo del 2019 con la periodista Valentina Alazraki, corresponsal de Televisa en el Vaticano. Esa entrevista sí la he visto.

En ella dice, entre otras cosas, literalmente: “Las personas homosexuales tienen derecho a estar en la familia. Son hijos de Dios y tienen derecho a una familia (…) No se puede echar de la familia a nadie (por ser homosexual) (…) Eso no quiere decir aprobar los actos homosexuales (…) Lo que tenemos que hacer es una ley de convivencia civil (…) De esa manera están cubiertos legalmente. Yo defendí eso”.

Eso es lo que dijo Francisco. Según monseñor Víctor Manuel Fernández, arzobispo de La Plata (Argentina) y asesor teológico del líder de los católicos, explicó que, para Francisco, los términos “convivencia civil” y “unión civil” son el mismo reconocimiento legal para “uniones muy estrechas entre personas del mismo sexo”.

Esto lo escribió en su muro de Facebook el mismo día que se lanzó el documental de Afineevsky. Pero luego lo borró. La captura de pantalla la leí en ACI Prensa.

Ahora bien. El catecismo de la iglesia católica, en su canon 2357, reza: “Su origen psíquico (el de la homosexualidad) permanece en gran medida inexplicado (…) la Tradición ha declarado siempre que ‘los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados’. Son contrarios a la ley natural (…) No pueden recibir aprobación en ningún caso (…) Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta (…) Las personas homosexuales están llamadas a la castidad”.

O sea, no pueden tener sexo. Incluso, si se unen por la vía civil, tampoco deben tenerlo, de acuerdo a monseñor Fernández, el asesor de Bergoglio.

En consecuencia, no hay nada revolucionario en lo expresado por el papa. Eso sí. A diferencia de sus antecesores, Karol Wojtyla y Joseph Ratzinger, homofóbicos rabiosos en sus discursos y documentos, este papa no se cansa de poner énfasis en no discriminar a los gays. En ser tolerantes. En acogerlos.

Ahora bien. Que por favor alguien de la iglesia me explique cuál es la posición oficial del catolicismo sobre la unión civil, pues de acuerdo al catecismo, que les acabo de citar, y a un documento oficial de Juan Pablo II, preparado por Ratzinger (que luego fue papa) en el 2003, ambos recusan tajantemente el reconocimiento legal de las uniones homosexuales.

Como sea. Predicar la tolerancia ya es un avance y es una apertura.

Pedro Salinas

El ojo de mordor

Periodista y escritor. Ha conducido y dirigido diversos programas de radio y tv. Es autor de una decena de libros, entre los que destaca Mitad monjes, mitad soldados (Planeta, 2015), en coautoría con Paola Ugaz. Columna semanal en La República, y una videocolumna diaria en el portal La Mula.