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El mismo juego

Nueva campaña contra la Fiscalía.

En respuesta a los audios difundidos por Karem Roca, exasistenta presidencial, en los que menciona a la fiscal de la Nación, Zoraida Ávalos, y al fiscal José Domingo Pérez, a cargo del caso Lava Jato, sobre un presunto favorecimiento del Gobierno; la titular del Ministerio Público ha señalado que existen sectores que tienen “temores” respecto a la labor de investigación de la Fiscalía y quieren que casos como el de los Cuellos Blancos y Lava Jato no sigan su curso.

Es inaudito que las mismas voces que desde hace tiempo defienden a los fiscales supremos Gonzalo Chávarry y Tomás Aladino Gálvez, y proclaman que son inocentes, sean las que han desatado una campaña contra la fiscal de la Nación.

Las declaraciones de Roca en este punto no pueden tener un trato distinto a otros, en el marco de la conspiración para desplazar al presidente de su cargo. Aunque la extrabajadora de Palacio de Gobierno se ha desdicho de varias de sus afirmaciones, algunas de modo notarial, inclusive, sirven ahora para otra campaña en la que los abogados de Chávarry se encuentran en la primera línea de batalla.

Los cargos contra Ávalos y Pérez son viejos. El dato aparentemente nuevo contra la fiscal de la Nación fue aclarado. Sus visitas a la sede del Ejecutivo fueron públicas y las gestiones por recursos para la Fiscalía, debidamente informadas en su momento. Como se sabe, el año 2019, el Ministerio Público pidió un presupuesto de S/ 8.681 millones para el año 2020 y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) solo proveyó una parte, lo que no permitía atender un reclamo salarial de los trabajadores. Por eso, el lunes 25 de noviembre de ese año, Ávalos buscó una solución hablando directamente con el presidente, una gestión similar a la de otros jefes de pliego.

No debería perderse de vista el asunto de fondo que esta campaña contra los fiscales −reactivada por sectores judiciales y políticos vinculados a la corrupción− intenta ocultar: la resistencia de las redes de los Cuellos Blancos en el Ministerio Público es tenaz y si bien han perdido posiciones en las instancias más altas, luego de una batalla desigual librada por los fiscales Ávalos y Sánchez, mantienen espacios de poder y capacidad para por lo menos intentar bloquear la lucha anticorrupción.