Precio del dólar hoy, 23 de abril

Golpe al tesoro

La opinión pública informada desactiva otro artefacto explosivo contra la democracia.

Apenas frustrado el operativo de la vacancia presidencial, un intento de golpe de Estado temerario y alevoso, la ciudadanía informada se ha debido de movilizar contra otro artefacto explosivo, igualmente temerario y alevoso para la democracia, es decir, la demanda planteada ante el Tribunal Constitucional (TC) que perseguía el propósito de declarar la prescripción de las deudas tributarias de 158 grandes empresas nacionales y extranjeras por más de 9 mil millones de soles.

La decisión del TC ha sido justa y equilibrada; su razonamiento se inscribe en el estándar internacional que indica que el plazo de prescripción del cobro de una deuda tributaria se cuenta a partir de que la administración tributaria determine la deuda y la notifique, como se realiza, por ejemplo, en los países miembros de la OCDE.

El argumento en favor de la demanda, expuesto por el magistrado Ernesto Blume, fue extremadamente pobre. Señalaba que la deuda materia de la controversia debe prescribir porque en los últimos años existe una acentuada tendencia de conferirle al Ejecutivo todo tipo de facultades en materia tributaria.

Desde fuera, algunos abogados de las empresas pilladas en falta pretendieron ayudarlo con un argumento abiertamente populista: la responsabilidad de que las empresas no paguen sus impuestos es de la Sunat, no los omisos, evasores, elusores o los que recurren a prácticas dilatorias que, dicho sea de paso, tienen efecto penal en otras legislaciones.

Es lamentable el procedimiento oscuro que ha seguido la demanda frustrada. Esta conducta trae hacia nosotros una práctica ausente de transparencia de algunas empresas grandes, no sabemos cuántas y cuáles –esperemos que sean muy pocas– que actúan del mismo modo que los políticos que por debajo de la mesa defienden intereses ilegítimos. Unos a través de leyes populistas y otros con recursos disimulados y lobbies con abogados de baja estofa tienen el idéntico objetivo de debilitar la democracia haciendo uso vedado de las instituciones y una exhibición de poder que indigna a la población.

Si no se hubiese lanzado la alerta, y si la opinión pública no hubiese reaccionado con rapidez, este golpe al tesoro público se habría concretado.