ONP, mayo 2024: cronograma de pagos

Los mensajes

La comunicación del riesgo de contagio.

El Gobierno ha iniciado una campaña de comunicación denominada “El Covid no mata solo. No seamos cómplices” para frenar el contagio del Covid-19 por contacto en reuniones sociales y/o familiares, una de las formas de transmisión más generalizadas del virus.

La campaña está compuesta de varias piezas publicitarias destinadas a televisión, radio, vías exteriores y redes sociales, e incluye mensajes denominados “duros” y “directos”. Voceros del Gobierno han señalado que se persigue que la población refuerce conductas de autoprotección por la vía de la alerta del daño que puede ocasionar a los familiares y amigos un comportamiento irresponsable.

La iniciativa en curso es necesaria. Fue lanzada luego de hacerse patente la falta de una estrategia de comunicación del Gobierno, y a pesar de que han pasado más de 5 meses sin mensajes agresivos frente a la sociedad, que den cuenta de los riesgos inmediatos del contagio por falta de cuidado, estas acciones siguen siendo necesarias.

Se trata de una forma de comunicación distinta, denominada de riesgo, que emplea un formato que puede parecer agresivo, pero que en otros países ha permitido controlar conductas intuitivas contrarias a las medidas de seguridad y que provee de un relato ético a las personas que actúan en la familia y la comunidad abogando por el control y autocontrol social.

Es cierto que la idea de que una persona pueda ser cómplice de la muerte de otra porque lo contagió por falta de cuidado o por irresponsabilidad no tiene necesariamente una connotación penal, pero sí representa una censura social a quienes, muy equivocadamente, creen que por el hecho de ser asintomáticos, o asumiéndose inmunes, carecen de responsabilidad ante su entorno cercano.

El paso dado es positivo y es obvio que no debe ser el único. Ahora mismo no se sabe si el Gobierno ejecuta un plan de comunicaciones que no se reduzca a una campaña de publicidad y si está presto a acometer otras iniciativas en el campo comunitario.

Desde varios sectores se ha señalado en las últimas semanas que se requiere de voceros en el ámbito de la salud, y de mensajes con claridad y coherencia, que superen el actual estado de responsables de la salud en el Ejecutivo que operan como comentaristas de la pandemia y no como autoridades. En esa dirección, por ejemplo, no debería confundirse los propósitos de darle seguridad a la población con triunfalismo, a razón de la reciente afirmación de que estamos en la parte final de la pandemia. Como se aprecia en la vida cotidiana, eso no es cierto.