Metropolitano inaugurará 14 nuevas estaciones

Para una historia de los consensos

“Un grupo de destacados economistas latinoamericanos, encabezados por el colombiano José Antonio Ocampo, han propuesto un ‘Consenso Latinoamericano 2020’”.

Hace algo más de 50 años, en mayo de 1969, se firmó el Consenso Latinoamericano de Viña del Mar: un pliego de reclamos, presentado a los Estados Unidos por América Latina. El Perú estuvo entre sus promotores principales.

Diez años antes, en 1959, se había fundado el Banco Interamericano de Desarrollo BID, por insistencia de América Latina, encabezada por el presidente brasileño Juscelino Kubitschek,

Después de Viña del Mar, en 1975, se estableció el Sistema Económico Latinoamericano, SELA. Su propósito era, es, concertar posiciones y estrategias en materia económica, Los dos primeros secretarios permanentes del SELA fueron el ecuatoriano Jaime Moncayo y el peruano Carlos Alzamora Traverso.

Al revés de lo que hoy acontece, eran tiempos en que América Latina afirmaba su identidad y su autonomía. Lo que vino a ser dinamitado tiempo después.

En efecto, en 1989 se acuña el término “Consenso de Washington”, que expresa la coincidencia, no entre países sino entre las instituciones de alcance global en la órbita de Washington D.C.: el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.

El Consenso de Washington impuso el desmantelamiento del Estado, la desregulación y la privatización general. Su primer exponente político gubernamental fue Pinochet. En el norte, Reagan y Thatcher. En el Perú, Fujimori, cuya macro privatización acarreó la macro corrupción.

Viene a cuento recordar este auge y caída, porque a partir del Consenso de Washington nuestro paisaje regional cambió. Desde entonces, y a pesar de pocas excepciones y algunos precarios empeños, como CELAC y UNASUR, los gobiernos latinoamericanos se fueron olvidando de América Latina.

Sin duda, la caída del muro de Berlín, en ese mismo 1989, y luego, el fin de la Guerra Fría, por colapso de la Unión Soviética, sembraron la ilusión de que ingresábamos a un mundo unipolar inmutable, con un “gran hermano” inmortal. Francis Fukuyama llegó a pensar, en 1992, que hasta la historia se terminaba. Hoy todo eso es, precisamente, historia.

La pandemia nos ha revelado, con dolor, los pies de barro de aquella “gran ilusión” y del “gran hermano”. Ahora hay que asegurar eficiencia para la post-pandemia.

En este marco, un grupo de destacados economistas latinoamericanos, encabezados por el colombiano José Antonio Ocampo, han propuesto un “Consenso Latinoamericano 2020”, llamado a sustituir al economicista Consenso de Washington. Ojalá que el gobierno del Perú asuma pronto la urgente necesidad de postergar la elección del BID y se involucre con brío en el nuevo despertar de América Latina bicentenaria.

Se trata de impulsar una nueva convivencia (para usar un término del presidente Vizcarra), basada en el crecimiento verde e inclusivo (es decir, contra todas las desigualdades), en el no alineamiento activo y en el establecimiento de acuerdos mínimos para explotar mejor nuestros recursos naturales. Empezando por una respuesta conjunta frente a la pandemia.

P.S. El señor Claver-Carone dice que quienes se oponen a sus pretensiones usan lenguaje de los 60 y 70. Tiene razón. Felizmente.

Rafael Roncagliolo

Cara al futuro

Rafael Roncagliolo. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.


Más columnas

No esta todo perdido

Rafael Roncagliolo

De elecciones y vacunas

Rafael Roncagliolo

Carta a un amigo de derecha

Rafael Roncagliolo

Luis Bambarén S. J.

Rafael Roncagliolo

VER MÁS COLUMNAS