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Tras los gestos

Un gabinete con tareas urgentes.

El presidente de la República, Martín Vizcarra, ha designado un nuevo gabinete presidido por el general EP (r) Walter Martos en reemplazo del equipo de gobierno presidido por Pedro Cateriano, que a inicios de esta semana fue rechazado por el Congreso.

El nuevo gabinete presenta nuevos rostros. Dos de los ministros designados a instancias del anterior presidente del Consejo de Ministros han sido reemplazados en tanto que las incorporaciones al gabinete parecen gestos al Congreso en la perspectiva de un nuevo voto de investidura.

Entre los gestos también destacan la ratificación del ministro de Educación cuestionado por el Congreso y sobre el quien pende una interpelación; en este caso, el mensaje es que la implementación de la Ley Universitaria no será abandonada como política de Estado.

La designación del mismo titular de la PCM implica también una señal. El presidente designa a uno de los ministros más antiguos del Gobierno para dejar clara su decisión de seguir manejando la agenda y frenar los arrestos del Parlamento que había sugerido nombres para el premierato. En clave simbólica, el presidente está haciendo gala de su relación estable con las FFAA sometidas, como corresponde, al poder constitucional.

En una somera conclusión no se podría asumir que el jefe del Estado ha respondido al rechazo del Congreso presentando un gabinete desafiante con el ánimo de proseguir en la batalla. Al contrario, el temperamento del presidente aparece como una respuesta medida, que hasta podría interpretarse como una invitación a la cooperación.

De las respuestas de varias bancadas, se tiene que el clima tenso de hace unos días ha cedido y varias de ellas se han expresado positivamente en la perspectiva de habilitar al nuevo gabinete. Por su parte, luego de tomar el juramento al gabinete, el presidente de la República ha señalado que es momento para la división, sino para la unidad y el consenso, que el deber que tenemos los peruanos, principalmente las autoridades, está muy por encima de cualquier diferencia circunstancial y que nuestra obligación es voltear la página de las diferencias y continuar trabajando en favor de todos los peruanos.

En este punto, es preciso que el nuevo gabinete se haga cargo de sus funciones con la mirada puesta en el horizonte más allá de lo gestos. Deberá ser eficaz con la rapidez que algunas urgencias imponen para obtener un voto de confianza aún más difícil, el de los ciudadanos, especialmente desconfiados y distantes del poder por las razones que todos conocemos.