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La iniciativa

Consejo de Estado y convocatoria a las elecciones.

El presidente de la República, Martín Vizcarra, ha anunciado la reunión hoy del Consejo de Estado, que deberá abordar la reforma sobre inmunidad y prerrogativas de los funcionarios públicos aprobadas por el Congreso. A la reunión asistirán todos los representantes de los poderes públicos, salvo la titular del Tribunal Constitucional (TC), quien se excusó para evitar que la institución que dirige incurra en el adelanto de opinión, en la eventualidad que estos cambios puedan ser tratados en el TC.

En la misma comparecencia, el jefe del Estado ha suscrito el decreto supremo que convoca a elecciones generales a realizarse el 11 de abril, garantizando de ese modo el cumplimiento estricto del calendario electoral.

Ambas decisiones se encuentran estrechamente relacionadas con la crisis que ha provocado la mayoría del Congreso al reformar sin debate y de modo arbitrario varios artículos de la Constitución, alterando gravemente el equilibrio democrático.

El presidente ha reiterado la posición de principios contra este despropósito, pero ha abierto la puerta a una salida basándose en el diálogo, reuniendo a una instancia que si bien no está inscrita en la Constitución, puede jugar un rol para el fomento de la unidad nacional. Durante la actual pandemia y en otros episodios, como la reclamación marítima del Perú ante La Haya, este espacio cumplió un papel destacable.

La reunión se llevará a cabo cuando la cuestionable decisión del Parlamento ha perdido aire, debido al unánime rechazo público a la forma y fondo de los cambios. En el Congreso mismo, varios legisladores se han bajado del carro en marcha; en tanto, la defensa de esta decisión es lamentable.

La decisión de convocar en el mismo acto a las elecciones de abril del próximo año no solo es simbólica. Deja en claro el sentido del proceso político que más de una bancada que respaldó los cambios inconstitucionales recientes no ha calibrado como una forma de daño al país y a sí mismos, más que al Gobierno actual. De ese modo, el presidente ha recordado que lo que está en juego son las elecciones y el proceso hacia ellas, que demanda responsabilidad y coherencia.

La reacción presidencial reitera la imprescindible apuesta por el diálogo, expuesta por muchos sectores. Le permite al Ejecutivo recuperar la iniciativa para desactivar la tensión, un propósito que nos debe convocar a todos en medio de una pandemia que no ha sido controlada y una crisis económica severísima, hechos que no deben permitirnos el lujo de la división del país. A lo importante.