El rebrote
El aumento de contagios en el mundo.
Toma forma en el mundo el primer rebrote de la pandemia; los casos aislados o que tocaban a naciones pequeñas alcanzan a los grandes estados. Cuando a fines de junio, China dio cuenta de que controlaba el rebrote en la capital, con 18 comunidades residenciales, se presumía que el sentido del resurgimiento de los contagios eran contagios muy acotados.
La ruta ha sido otra. EEUU es uno de los países más afectados, el primero por el número de infectados, más de 2,7 millones y más de 130 mil muertos, un rebrote luego de varias semanas de registros a la baja en mayo y casi todo el mes de junio.
En España, uno de los países más afectados de Europa, los últimos días se registra el aumento de casos más que las muertes. El Gobierno ha identificado en 60 los brotes activos, especialmente en Madrid y Aragón, y no se descarta que ello tenga impacto en la reapertura de la economía en los grandes centros industriales en los próximos días.
En América Latina, el aumento de los contagios en Buenos Aires (Argentina) ha llevado a que esta semana se restrinjan los movimientos de 2 millones de personas. Es el segundo retroceso en la región luego del fracaso de la estrategia chilena de cuarentenas focalizadas y aperturas sin previsiones.
Los casos de éxito, inclusive, motivan menos entusiasmo, a la espera de que los avances sean sostenidos. Suecia es ya apreciada como un caso “no exitoso” aún en su primera fase, y hasta Australia debate los ajustes en su modelo por los hechos recientes, el rebrote en el estado de Victoria, ordenando la cuarentena de 300 mil personas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) no pronuncia las palabras “segunda ola” pero se acerca a ello. A fines de junio publicó una lista de por lo menos 11 países en los que se experimenta un aumento en la transmisión del coronavirus, señalando que se trata de un “resurgimiento de los casos”. No obstante, en las últimas horas, ha recomendado que, reconociendo que los países deben hacer funcionar sus economías, las salidas del confinamiento sean por zonas.
Queda claro que para adelante una probable segunda ola es un asunto público y privado, luego de que los estados hicieran un primer trabajo para frenar la pandemia. Algunos países lo han logrado y otros no, de modo que el punto de partida no es el mismo.
En el nuevo contexto, se revela la necesidad de evitar fallas en la vigilancia, la reapertura desbocada de actividades y abandono del riesgo. Estos peligros se anidan en la relación entre los gobiernos y sus ciudadanos.
