Chau, “Negrita”

Huachafo, estúpido, ridículo, resentido, idiota, cobarde y otros insultos subidos de tono ha recibido el CEO de Alicorp tras anunciar la decisión de cambiar el nombre e imagen de uno de sus productos más antiguos y populares, la mazamorra morada “Negrita”. “Han cedido a la agenda progre-comunista-caviar”, han vociferado muchos en redes sociales convencidos de que la marca no promueve la imagen estereotipada de una mujer negra, sino que, por lo contrario, “le rinde homenaje a la buena sazón de las negras”.

Hace pocas semanas, tras las movilizaciones mundiales por el asesinato de George Floyd, escribí una columna sobre lo difícil que es para los peruanos reconocernos como racistas. Los comentarios ofendidos y altisonantes de las últimas 24 horas solo confirman lo dicho en mi anterior artículo.

Nadie, por supuesto, es racista por comprar y comer esa mazamorra morada, seguro todos la hemos saboreado sin darle importancia a la imagen de la mujer negra en la envoltura porque nos acostumbramos a que así son las cosas. Las mujeres negras en la cocina y las serranas limpiando la casa son estereotipos que han calado fuerte en nuestra sociedad. Y en eso, precisamente, radica el problema. No somos conscientes de nuestros sesgos racistas porque los hemos normalizado.

Decir que la decisión de Alicorp es una afrenta a la reconocida influencia de la comunidad negra en la gastronomía peruana, sí es absurdo. Esto se trata de mirar al mundo con otros ojos, uno donde no representemos a nadie con caricaturas e imágenes para ridiculizarlos o encasillarlos en roles determinados, eso es racismo.