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Cooperación para enfrentar la pandemia del hambre.

El Gobierno y el sector privado, entre ellos, la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) ultiman una operación de asistencia directa contra el hambre, lo que implicará el reparto de 400 mil canastas mensuales a los sectores más vulnerables. Las primeras entregas se harán en Lima y Callao y después en todo el territorio nacional. La PCM ha informado que el programa se iniciará en 23 distritos de Lima.

A la operación, que es coordinada multisectorialmente por la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), se suman instituciones como el Banco de Alimentos, la asociación Hombro a Hombro, la Iglesia católica y las Iglesias evangélicas. Las canastas tendrán productos con un peso de 15 kilos y su distribución se hará de modo que se reduzca el gasto administrativo y se acerque en lo posible al lugar de residencia de los beneficiarios, para lo que se hará uso de una plataforma informática que identifique y llegue a los grupos que más lo necesitan.

La iniciativa es correcta y permitirá concentrar esfuerzos. El Gobierno dispuso apenas iniciada la pandemia la entrega de canastas por los municipios y por otras instituciones como Indeci y las FFAA. Otras entregas directas de alimentos las realiza el Midis a través de Qali Warma.

La inseguridad alimentaria en las últimas semanas adopta la forma de la pandemia del hambre. Antes de la emergencia, según el INEI, existían en el Perú mas de 15 mil comedores populares para atender a casi 800 mil personas. Estas cifras se han alterado dramáticamente; la demanda de beneficiarios se ha incrementado en Lima hasta 4 veces y en el interior del país, hasta 10 veces.

El Gobierno ha dispuesto la reapertura de los comedores populares, aunque se barajan diversas alternativas para un reclamo que asciende rápidamente. La lucha contra el hambre en progreso se extenderá varios meses, de modo que lo que se haga ahora deberá ser sostenible.

A iniciativa del Acuerdo Nacional se ha suscrito un pacto contra el hambre entre el Estado y la sociedad civil. Para que este esfuerzo sea exitoso, los avances que se llevan a cabo deben inscribirse dentro de una política de Estado que parta desde el presupuesto nacional y comprometa a sectores como Agricultura, Salud, Ambiente, Mujer, Salud y Cultura que, por la naturaleza de sus funciones, no pueden dejar este enorme desafío en manos del Midis y de la PCM, exclusivamente. En esa política tienen un lugar muy importante los municipios y las regiones, y los prefectos y subprefectos que dependen operativamente del sector Interior.