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Empresas digitales en medio del COVID-19

“Ha sido el COVID-19 el acelerante de procesos que se han venido relegando por años. Un virus puede ser el que nos ayude a lograr un Perú digital”.

El COVID-19 enfrentó a las organizaciones a replantear sus formas de desarrollar sus negocios, dado que un día tuvieron que parar. Esta parada para evitar la propagación de un virus, del cual aún no hay vacuna (y que demorará en tenerse y desplegarse por el mundo), ha obligado a pasar a “modo no presencial” (virtual).

Pero ¿qué implica pasar a este modo digital? Para empezar, ha obligado a replantear el quehacer empresarial. Desde las reuniones de trabajo hasta la vinculación con clientes. Pero, como en otros temas, el COVID-19 mostró las falencias que se tenían. En primer lugar la conectividad. No todos los lugares estaban preparados para tener de pronto desde los hogares varios dispositivos conectados, y la mayoría utilizando el ancho de banda, dado que el uso de videoconferencias fue el común denominador; pero acompañado de ello se tuvo que acceder a los servidores, teniendo que crearse redes virtuales hasta los servidores de las organizaciones. En el mejor de los casos, ya se había logrado pasar a la nube o tenían plataformas de información, con lo cual ya habían avanzado en el proceso de transformación digital, aunque no había una acción concreta para dicha transformación de manera activa por parte del estado.

El segundo problema que se enfrentó es la falta de capacidades digitales

Son los más jóvenes quienes han ayudado a los mayores a adecuarse a la transformación digital de sus organizaciones, antes que haber sido una política de desarrollo de capacidades en personas de todas las edades por parte de los entes gubernamentales o privados.

Un tercer problema ha sido el de los sistemas a utilizar. Muchas entidades requieren vincularse con sus proveedores en sus cadenas productivas, y no todas tienen plataformas para registro y homologación de proveedores, emisión de órdenes de compra, preregistro de facturas, conformidades de servicio, hacer subastas en línea o instrumentos de facturación electrónica, ya ni hablar de plataformas para hacer factoring o sourcing, es decir, pasar las cadenas de tesorería y proveeduría a plataformas digitales como B2Mining (de eBIZ.pe), entre otras. Y es aquí donde empresas grandes han podido mantener mucho de su operación por ya contar con soluciones que les asistían a este proceso y donde otras han tenido que salir a explorar el mercado para encontrar soluciones que se les apliquen. Y, en esencia, porque el proceso de transformación digital de cadenas productivas aún estaba en estudios (en el mejor de los casos). Siendo así, se ha pasado de proyectos que estaban programados para “los próximos años”, a buscar soluciones aceleradas prontamente, porque sino se pierde la capacidad competitiva y también se tiene una afectación económica. Y es que las acciones presenciales han sido literalmente relegadas por los mecanismos de control de la pandemia y esto obliga entonces a una transformación digital absoluta, que no será temporal, sino que permanecerá como parte de los elementos de competitividad.

Si uno mira los indicadores internacionales económicos, estos tres problemas que hemos relatado eran donde nuestros indicadores eran menores, y esto debido no a la falta de soluciones para la transformación digital, sino a la falta de una política de estado en la materia hasta el 2017, pero aun con ella tampoco se ha logrado avanzar.

Ha sido el COVID-19 el acelerante de procesos que se han venido relegando por años. Un virus puede ser el que finalmente nos ayude a lograr un Perú digital a la fuerza.

La República

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