ONP, mayo 2024: cronograma de pagos

La pelea por el camarote VIP del Titanic

El Gobierno y el Congreso deben atender la urgencia.

Se equivocarían el gobierno y el congreso si creyeran que habrá un ganador en el pulseo institucional en el que se encuentran, pues si el conflicto se exacerba, ambos perderían ante una ciudadanía que hoy se debate entre morir por el virus o de hambre.

En vez de estarse enviando mensajes venenosos a través de los medios, es mejor que representantes de ambos poderes se sienten a conversar sobre el tema que agobia hoy a la gente, que no es otro que la minimización de los efectos del covid-19 en la población.

El ejecutivo, para empezar, debe salir del absurdo de si se presentará según el artículo 130 o el 135 de la constitución, cuando lo mejor y políticamente correcto –hoy que se requiere mejorar el fondo y las formas de la política– es que vaya por el primero y que el gabinete plantee una cuestión de confianza sobre la política general de gobierno y las principales medidas que requiere su gestión, además de explicar lo hecho durante el interregno, con lo cual se cumple con el segundo.

Lo crucial es que el gabinete les explique a los congresistas y a la ciudadanía el cambio de prioridades en los planes de gobierno por la urgencia de minimizar los efectos de una pandemia que implica la catástrofe de la pérdida de millones de empleos, quiebra masiva de empresas, incremento de la pobreza, y el hambre que asoma.

El gabinete debe, además, plantear el camino para la construcción de un nuevo contrato social en línea con lo señalado por la ministra María Antonieta Alva de que el Perú no puede estar entre los primeros en macroeconomía y los últimos en servicios públicos.

Ojalá esto sea entendido por un congreso con incontinencia legislativa por un populismo irresponsable, deseo insaciable de construir candidaturas a costa del pueblo, y ansia de show absurdo como tener una sesión presencial cuando ya tienen congresistas suficientes para formar la bancada covid, con el fin de cumplir con la paparruchada de la ‘majestad’ del parlamento que dice su presidente. Censurar al gabinete, como adelantan el Frente Amplio, UPP y APP sería suicida para el congreso.

Si el congreso y el gobierno no entienden esto, y no trabajan juntos por el país, parecerán pasajeros peleando por el camarote VIP del Titanic.

La República

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