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Trump, el imbécil alfa

Amenazar con suspender al congreso para forzar el nombramiento de ayayeros y gobernar sin oposición. Echarle la culpa a los chinos y alentar ridículas teorías de la conspiración.

El apodo no lo inventó el arriba firmante. Se lo enchufó Aaron James, doctor en filosofía por la Universidad de Harvard y profesor en la Universidad de California, en su libro Trump: Ensayo sobre la imbecilidad (Malpaso, 2016).

“Trump es un imbécil sin idea de cómo funciona un gobierno”. Esto no lo dice James, sino el prolífico escritor Stephen King. Y si me preguntan, subrayo tanto lo de James como lo de King.

Y es que Donald Trump es lo peor que le puede haber pasado al planeta en este segundo, en medio de la pandemia apocalíptica que nos acecha. Pudo haber sido un líder con capacidad para inspirar y organizar una respuesta global y coordinada. Pero no le dio la gana.

Minimizar el peligro del virus. Priorizar la economía sobre la salud. Anunciar el retiro del financiamiento a la Organización Mundial para la Salud, una institución clave y crucial en este instante. Amenazar con suspender al congreso para forzar el nombramiento de ayayeros y gobernar sin oposición. Echarle la culpa a los chinos y alentar ridículas teorías de la conspiración.

Y lo último: Hacer campaña contra los estados federales que promueven el aislamiento social, no hace si no mostrarnos a un gobernante de pensamientos primarios y cavernícolas, autoritarios y narcisistas, que lo perfilan como el Lord Palpatine en la mayor crisis epidemiológica que afronta el mundo.

El mismo imbécil que aludía al tamaño de su pene en la campaña electoral, ahora desde el poder, está dispuesto a todo con tal de reelegirse y tratar de disimular el desastre de su gestión.

“El imbécil actúa impulsado por la firme convicción de ser especial y no estar sujeto a las normas de conducta comunes a todos los demás (…) Es inmune a cualquier opinión”, anota Aaron James.

Trump miente e inventa patrañas con la misma facilidad con la que respira. Y en esta trágica coyuntura se han acentuado todos los rasgos que le caracterizan. El del bufón mediático. El tonto de capirote. El payaso que no da risa. El déspota peligroso. El bravucón ordinario. El petulante insaciable. El difamador extravagante. El embustero consumado. El político que parece pensar que su mierda no apesta. El maestro del menosprecio. El racista encendido. El ególatra estridente. El imbécil alfa.

Pedro Salinas

El ojo de mordor

Periodista y escritor. Ha conducido y dirigido diversos programas de radio y tv. Es autor de una decena de libros, entre los que destaca Mitad monjes, mitad soldados (Planeta, 2015), en coautoría con Paola Ugaz. Columna semanal en La República, y una videocolumna diaria en el portal La Mula.