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Mikaila Ulmer, la niña que se hizo millonaria vendiendo limonada en un puesto de su barrio

“Sueña en grande y no olvides soñar como niño”, expresa la menor. La idea nació por unas picaduras de abejas en su infancia, pero se dio cuenta de su importancia en el mundo y actualmente dona el 10% de sus ganancias para su conservación.

Ulmer recibió una donación de 60.000 dólares en un programa de televisión para que siga creciendo en su negocio. Foto: composición LR/Me&TheBees/Twitter/@getir_us
Ulmer recibió una donación de 60.000 dólares en un programa de televisión para que siga creciendo en su negocio. Foto: composición LR/Me&TheBees/Twitter/@getir_us

En el año 2004, a la edad de 4 años, Mikaila Ulmer fue víctima de las picaduras de abejas, por lo que comenzó a tenerles mucho temor. Sin embargo, sus padres trataron de animarla e indagaron junto a ella la importante función que realizan estos insectos para mantener la biodiversidad del planeta.

Fue así que empezó a conocer el gran desempeño de las abejas y entendió que sin ellas no existiría la polinización, la agricultura, los alimentos, los animales e incluso el ser humano. Con el pasar del tiempo, a sus 9 años, su temor se fueron esfumando y comprendió que esta especie estaba desapareciendo debido al uso de agroquímicos.

No obstante, Helen, su bisabuela, le entregó un libro de cocina de 1940 escrito por ella misma, el cual poseía una receta de limonada de linaza con toques de hojas de menta y lino. Debido a esto, la menor tuvo brillante una idea: ayudar a estos insectos a través de la venta del refresco recetado por su pariente.

La pequeña originaria de Texas, Estados Unidos, creyó que si hacía limonada con miel comprada a apicultores de la zona contribuiría en ayudar un poco. Como resultado de ello, decidió vender sus primeras botellas en un puesto callejero cada verano en su barrio sin alterar la receta original.

Con una meta decidida y con 11 años de edad, la pequeña emprendedora participó en una feria y su producto fue un rotundo éxito, ya que recibió elogios por su bebida, lo que la motivó a seguir adelante con ello. Tras su logro, Ulmer tuvo una iniciativa que consistía en donar el 10% de sus ganancias a la conservación de las abejas, política que hasta la actualidad sigue vigente en su empresa.

Asimismo, sus vecinos comenzaron a correr la voz. Así, la noticia llegó a los dueños de una pizzería de la zona, quienes le pidieron que les abasteciera su producto. Dicho pedido dio inicio al embotellado de su famosa limonada.

“Yo hacía todo sola al comienzo”, expresó Ulmer. “A medida que el negocio empezó a crecer, tuve que reconocer que no podía hacerlo sola. Ahí fue cuando le pregunté a mis padres cómo conseguir un logo, un fabricante, y distribuir en más tiendas”, detalló.

Mikaila Ulmer y Barack Obama

El expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, felicita a Mikaila Ulmer por su gran emprendimiento. Foto: AFP.

Así, la futura promesa fundó la limonada BeeSweet y decidió formar parte, en el año 2015, del programa de televisión “Shark tank”, en el que recibió una inversión de 60.000 dólares para apoyarla en su negocio en ascenso. Ese mismo año, ella también fue invitada a la Casa Blanca para reunirse con el expresidente Barack Obama.

Sin embargo, lo mejor estaba por llegar, ya que la compañía Whole Foods Market llegaría a un acuerdo por 11 millones de dólares para vender su producto en más de 50 tiendas del país. En su trayecto como empresaria, Ulmer ha recibido una gran cantidad de premios y reconocimientos por su iniciativa, así como por la labor social que ha hecho por las abejas. También ha sido invitada en varias oportunidades a diferentes conferencias nacionales con el objetivo de inspirar a futuros emprendedores.

Finalmente, con 17 años, hoy en día, Ulmer manifestó seguir adelante y firme con su empresa, incluso ha promocionado nuevos sabores, que incluyen menta, jengibre, té helado y durazno. Por otro lado, diseñó una línea de labiales hechos a base de la cera de las abejas. Todo ello debido a que se basa en su principal concepto: “Sueña en grande y no olvides soñar como niño”.