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Mujer de 99 años, que casi se convierte en monja, conoce a su bisnieto número 100

Marguerite Koller tiene 11 hijos, 56 nietos y ahora celebra la llegada de su bisnieto número 100. “Quería tener una gran familia”, afirmó.

Peggy, como también le gusta que la llamen, está rodeada siempre de sus seres queridos: 11 hijos, 56 nietos y, ahora, 100 bisnietos. Foto: captura de video/NBC 10
Peggy, como también le gusta que la llamen, está rodeada siempre de sus seres queridos: 11 hijos, 56 nietos y, ahora, 100 bisnietos. Foto: captura de video/NBC 10

Marguerite Koller, de 99 años, acaba de celebrar el nacimiento de su bisnieto número 100 al ser la matriarca de una numerosa familia: 11 hijos, 56 nietos y ahora un centenar de bisnietos. La longeva mujer, que casi se convierte en monja, reside en Blue Bell, Pensilvania (EE. UU.).

A principios de 1940, justo antes de la Segunda Guerra Mundial, Marguerite se estaba preparando para convertirse en monja, pero conoció a William Koller. Posteriormente, ambos se enamoraron y la mujer cambió sus planes.

“De hecho, apliqué para ser monja cuando estaba en el tercer año de la escuela secundaria, pero él me convenció de que no lo hiciera”, contó Marguerite, que tuvo su primer hijo después del conflicto armado y siguió aumentando su descendencia con el pasar de los años.

Mujer de 99 años, que casi se convierte en monja, conoce a su bisnieto número 100

Marguerite Koller y su centésimo nieto. Foto: captura-NBC

Peggy, como también le gusta que la llamen, está rodeada siempre de sus seres queridos. “Quería tener una gran familia. Creo que es difícil ser hija única, es solitario (…) Pensé que quería 12, pero después de que empecé a tenerlos, no estaba segura de querer tantos”, confesó la madre.

Mujer de 99 años, que casi se convierte en monja, conoce a su bisnieto número 100

Marguerite Koller y su numerosa familia. Foto: captura-NBC

La nieta de Koller y madre del bisnieto número 100, Christine Balster, le dijo a NBC 10 que ella y su esposo decidieron llamar a su bebé Koller William, en homenaje a la carismática bisabuela y a su difunto bisabuelo.

“A mi esposo le gustaba el nombre de Kole, y me pareció muy natural nombrarlo Koller y William como segundo nombre. Y entonces siempre podemos llamarlo Kole si queremos”, explicó la progenitora del pequeño.

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