Servicio militar como salida laboral para jóvenes desempleados: ¿qué país busca implementarlo?
Sus fuerzas armadas han intentado solucionar la baja convocatoria para el servicio militar con una conscripción voluntaria para desocupados de entre 18 y 25 años.
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Luego de que se eliminara el servicio militar obligatorio en la década de los 90 e inicios de los 2000, diversos países europeos se han enfrentado a un grave problema: los jóvenes no están uniéndose de manera voluntaria, o al menos no en las cantidades que ellos necesitan. Es por esto que Bélgica busca frenar la tendencia con la propuesta de que aquellos jóvenes sin trabajo o estudios puedan ver en las Fuerzas Armadas un prospecto laboral tentador.
La ministra de Defensa de Bélgica, Ludivine Dedonder, contó que en enero del próximo año comenzará a funcionar el SUC (Servicio de Utilidad Colectiva), que será una suerte de servicio militar voluntario destinado a jóvenes entre 18 y 25 años, tanto hombres como mujeres que no estén trabajando o cursando una carrera de formación superior. Bélgica calcula que actualmente existen alrededor de 300.000 personas que cumplen con estos requisitos.
El servicio tendrá una vigencia de un año, dentro del cual se espera que los jóvenes aprendan y vean desde adentro cómo es que funcionan las Fuerzas Armadas, para después firmar un contrato a largo plazo de estadía permanente. Además, Dedonder ha sido clara al anunciar que esto no es un regreso a la modalidad obligatoria del servicio, sino más bien una invitación voluntaria para que los nuevos candidatos descubran las bondades de ser parte de este brazo del Estado.
Los anteriores fracasos del servicio militar en Bélgica
Esta no es la primera vez que el país europeo intenta poner en marcha un plan para aumentar la afluencia de candidatos al servicio militar. En 2007 el ministro de Defensa de la época, André Flahaut, puso en marcha un sistema similar, en el que buscaba atraer a jóvenes sin estudios superiores para que tomen el camino del Ejército como uno válido para su desarrollo profesional.
Este plan nunca llegó a despegar, debido a que quien sucedió a Flahaut, Pieter De Crem, lo desmanteló para impulsar su propio concepto: el EVMI, una propuesta similar que tampoco tuvo éxito.
Acorde al diario Le Soir, EVMI ofrecía 155 plazas a 679 inscritos, de los cuales solo 10 se incorporaron a las Fuerzas Armadas. Una cifra que disminuyo considerablemente el siguiente año, con solo 44 admitidos. Dos años después, el plan fue congelado tras constatarse que más de la mitad de quienes empezaban el servicio lo abandonaban antes de siquiera cumplir un año.
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El SUC será económicamente más atractivo
Dedonder considera que su propuesta tendrá una aceptación más elevada debido al incentivo económico, que será equivalente a un pequeño sueldo y que no evitará que las personas puedan seguir cobrando ayudas sociales o de desempleo, además de reforzar el lado académico del servicio para que los jóvenes les encuentren utilidad a sus estudios fuera de los cuarteles.
Otra de las diferencias es que los reclutas no irán directamente a las Fuerzas Armadas, sino que realizarán misiones de apoyo al Ejército en las cuales no usarán utilizar armas. También tendrán la oportunidad de incorporarse a trabajos civiles en el Ministerio de Defensa. Todo esto durante el plazo de un año, tras el cual podrán aplicar para ser un soldado profesional si pasan las pruebas habituales.
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