Precio del dólar en Perú HOY, 19 de abril
Mundo

Uriel Benita: “Nos fuimos llevando a Ucrania nuestra ayuda y nuestra fuerza”

El joven peruano israelí cuenta su experiencia en Polonia donde ayudó como voluntario en un centro de refugiados a causa de la guerra en Ucrania.

Soporte. Ayudaba a niños y niñas dentro de un espacio en el centro de refugiados. Foto: difusión
Soporte. Ayudaba a niños y niñas dentro de un espacio en el centro de refugiados. Foto: difusión

En 32 días de invasión rusa, 3,8 millones de ucranianos escaparon de su país con la única motivación de mantener su vida a salvo. Uno de los principales puntos de llegada a Polonia es la ciudad de Przemysl. Allí, donde muchos refugiados reciben comida, una cama dónde dormir y luego suben a buses que los llevan a trabajar en diferentes partes de Europa, estuvo Uriel Benita, un peruano-israelí de 27 años que no dudó ni un segundo en ofrecerse como voluntario cuando la organización mundial Hanoar Hatzioni, a la que perteneció durante su juventud en Lima, hizo la primera convocatoria.

¿Qué tipo de apoyo llevaron?

El trabajo no era llevar ayuda humanitaria, pues estas llegan en cantidades industriales al país. Nosotros debimos llevar nuestra ayuda y nuestra fuerza. No teníamos mucha información. El objetivo del primer grupo era llegar a ver qué podíamos hacer y en qué podíamos ayudar. Eso nos tomó menos de un día, pues había mucho por ayudar.

¿En qué estación tú te ubicaste?

Esta organización israelí humanitaria grande, que brinda apoyo en situaciones humanitarias difíciles, nos dijo que necesitaban que nos encarguemos de una guardería de niños dentro de este centro para refugiados en Przemysl.

¿Qué te tocó ver en ese momento?

Ves muchos niños y niñas con sus mamás y otros que están solos. Ves también a chicas separarse de sus madres porque tenían alguna forma de ir a cualquier otro destino de Europa. Vi el caso de una niña de 15 años que salió de Ucrania sin su mamá ni su papá y a los cinco días quería volver. Ya sean por problemas del idioma o porque no se adaptaban.

.

.

¿Cuánto tiempo podían estar los refugiados allí?

Ese lugar era transitorio. Hay mucha gente que de ahí sabe a dónde va porque tiene familiares y amigos en otros países de Europa. Por eso están divididos en cuartos de destinos específicos, para cuando salgan los buses, estos puedan ir en un solo camino. Ahora, hay gente que no tiene ni idea de a dónde ir. Y cuando le das una oportunidad de trabajo en otro país, ellos deben tomar la decisión en diez minutos. Sin embargo, no saben si de repente les están ofreciendo una ayuda o es una farsa para caer en el tráfico de personas.

¿Cómo sentiste el trato hacia los refugiados ucranianos?

Europa en general se está portando muy bien. Ellos no quieren generar otra crisis como ya se ha visto antes. Ellos quieren apoyar y por eso abrieron las puertas del continente a los refugiados que quieran trabajar en cualquier país de Europa. No sabría qué países estaban apoyando, pero vi a gente de todo el mundo.

¿Te encontraste con peruanos también?

No, y los busqué. Estaba esperando ver no solo voluntarios peruanos, sino también prensa peruana, porque había medios de todo el mundo. Bueno, yo estuve en un centro, tal vez en otro había otros compatriotas. Mi movimiento juvenil está mandando a otro peruano en este momento.

Cómo terminabas los días de apoyo?

Cansado. Comenzábamos a las 9 a. m. y a eso de las 8 p. m. cerrábamos el lugar, y nos quedábamos hasta las 9:30 de la noche. También era bueno compartir entre nosotros nuestros sentimientos porque era muy chocante y no queríamos olvidar por qué estábamos allí.