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Frustrado y sin ayuda, latino irá de EE.UU. a Ucrania a salvar a hijo de 2 años

Quintana, de 35 años, perdió comunicación con Antonina Aslanova, madre de su hijo Alexander, desde el pasado 2 de marzo.

Fotografía cedida por César Quintana, y fechada el 16 de diciembre de 2020, donde aparece junto a su hijo Alexander quien se encuentra en Ucrania. Foto: EFE
Fotografía cedida por César Quintana, y fechada el 16 de diciembre de 2020, donde aparece junto a su hijo Alexander quien se encuentra en Ucrania. Foto: EFE

Desesperado por no tener noticias de su pequeño hijo que está en Ucrania desde 2020, César Quintana se alista para emprender desde California un viaje a la zona de guerra en los próximos días con el propósito de regresar al niño de dos años a Estados Unidos, el país que lo vio nacer.

Quintana, de 35 años, perdió comunicación con Antonina Aslanova, madre de su hijo Alexander, desde el pasado 2 de marzo. El hispano dijo a Efe que ese fue el último día que, por medio de una videollamada, pudo ver al menor, que fue llevado sin su consentimiento a Mariúpol, puerto del sureste ucraniano devastado por la guerra.

“He sentido cada ataque a Mariúpol en carne propia. Me voy a ver cómo hago para encontrarlo. No puedo dejarlo abandonado allá”, asegura a Efe vía telefónica desde su hogar en el condado de Orange, en California.

Sin rumbo fijo

El plan de viaje aún está por definir, pues Quintana no está seguro de lo que le espera en Ucrania y no tiene la certeza de que su esposa y Alexander estén entre los miles de refugiados que han huido de Mariúpol.

“El martes pudimos rastrear que el nombre de mi suegra estaba en una lista de personas que querían salir de Mariúpol con su familia, pero ese día, al parecer, no pudieron salir”, relata con voz entrecortada.

El calvario para este latino de raíces mexicanas comenzó cuando Aslanova, estadounidense de origen ucraniano, desapareció de su casa en el sur de California el 16 de diciembre de 2020 con Alexander.

La pareja estaba en proceso de divorcio y él había obtenido la custodia total del pequeño después que ella tuviera problemas tras acumular cuatro infracciones por manejar bajo la influencia del alcohol o drogas (DUI).

Semanas después, Quintana se enteró de que ambos habían viajado a Ucrania y se habían instalado en Mariúpol, la segunda ciudad más grande de Donetsk, una de las regiones rebeldes cuya independencia ha reconocido Rusia, junto a Lugansk.

Atrapados por la guerra

Mariúpol ha sufrido los peores ataques rusos en la guerra. Unas 400.000 personas han estado atrapadas en esa ciudad durante más de dos semanas en medio de intensos bombardeos que han cortado los suministros de electricidad, calefacción y agua, según fuentes locales.

Rusia llamó ayer domingo a las fuerzas ucranianas a rendirse y abandonar “sin armas” Mariúpol, algo que Kiev calificó de “delirio”.

Estas noticias han calado muy fuerte sobre Quintana. “Es como si el tiempo se acabara y ya no pudiera ir a salvar a mi hijo”, indica.

Entre sus planes ha considerado incluso viajar a Rusia si su hijo es llevado a ese país, señala el padre, que antes de la guerra estuvo 11 meses en Ucrania tratando de traer de regreso al niño argumentando que fue sacado sin su consentimiento.

En Ucrania se enteró de que la madre había tramitado un pasaporte ucraniano para el menor y que con ese documento logró sacarlo de Estados Unidos.

El hecho de que Alexander obtuviera la nacionalidad ucraniana ha representado el mayor obstáculo para que Quintana recupere a su hijo. Según las respuestas de las autoridades del país europeo a las peticiones del padre, el niño debe estar bajo custodia de la madre y las leyes ucranianas prevalecen sobre las estadounidenses.

En tanto, Todd Hylton, portavoz del Departamento del Alguacil del Condado de Orange, en el sur de California, confirmó a Efe que se realiza una investigación contra Aslanova por llevarse sin permiso al menor.

Buscando ayuda de México

Quintana ha buscado ayuda del Gobierno de EE.UU. pero dice que no ha encontrado mayor apoyo, por lo que ahora quiere buscar ayuda del Gobierno de México, ya que sus padres son mexicanos.

Florencia Gómez, madre de Quintana y nacida en Michoacán, México, ha elevado también una súplica al Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

En su peregrinar, el latino y su progenitora se presentaron al consulado de México en Santa Ana, California, buscando respaldo en la nueva odisea que él está por emprender.

“Me siento solo, es como si estuviera peleando varias guerras al mismo tiempo. Entiendo que EE.UU. tiene mucho sobre sus hombros, pero Alexander también es uno de los suyos. Deberían preocuparse por él”, valora.

La organización iStand Parent Network, que ayuda a padres y madres de niños secuestrados por sus parejas, se ha unido a la causa de esta familia latina. Noelle Hunter, cofundadora de la organización, está dispuesta a unirse a Quintana en el viaje.

“Mi mayor problema ahora es saber dónde está. Después veré cómo lo traigo de regreso”, declara el progenitor.

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