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Alejandra Flores Carlos: “La propuesta de eliminar el Senado ha levantado muchas críticas”

Entrevista. La profesora chilena de ascendencia aymara forma parte de los 155 constituyentes, quienes fueron designados el año pasado para redactar la nueva constitución de Chile.

Alejandra Flores Carlos considera que es primordial el reconocimiento de Chile como país plurinacional e intercultural. Foto: Alejandra Flores Carlos / Twitter
Alejandra Flores Carlos considera que es primordial el reconocimiento de Chile como país plurinacional e intercultural. Foto: Alejandra Flores Carlos / Twitter

La Convención Constitucional de Chile inició funciones en julio de 2021, con el objetivo de escribir una nueva constitución para reemplazar a la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet. La fecha máxima para presentar la propuesta es el 4 de julio y los ojos de América Latina están puestos en el país por la expectativa de los resultados.

Los 155 integrantes, 77 son mujeres y 78 son varones, del órgano erigido tras el plebiscito de octubre del 2020 son los encargados de redactar una nueva carta magna. La profesora chilena Alejandra Flores Carlos conversó con La República sobre los avances de la Convención y los retos que tiene que cumplir en los próximos cuatros meses.

— ¿Cómo va el proceso de redacción de la nueva constitución de Chile?

Nosotros nos hemos organizado a través de siete comisiones de trabajo y tres de ellas ya han presentado propuestas de normas al pleno de la Convención. Se han aprobado 42 normas: son 10 normas de la comisión de Justicia, ocho normas de Sistema de Conocimiento y 24 normas en la comisión de Estado con diversas propuestas que ya están por lo menos para el borrador de la nueva constitución.

Entre esas destacan temas como el Gobierno, la concepción del país como un Estado regional, plurinacional e intercultural. Por ejemplo, el viernes pasado, en la comisión de Sistemas de Conocimiento, se aprobó que los pueblos originarios tengan la posibilidad de repatriar todos aquellos objetos que tengan que ver con la cultura o incluso restos humanos o momias, que se encuentran, en algunos casos, fuera del país, y que estos sean devueltos a los pueblos originarios.

Considero que esto es muy importante, especialmente para los pueblos originarios. En muchos casos se han llevado estas partes que pertenecen a la cultura chilena, que han sacado sin el consentimiento de los pueblos originarios.

— ¿Ha percibido trabas en el Parlamento para avanzar el nuevo texto constitucional?

Trabas tenemos muchas. Una es el tiempo que se tomó por acuerdos políticos y por el famoso acuerdo por la paz, donde se determinó que teníamos nueve meses para hacer esta constitución con una prórroga que se puede solicitar para conseguir tres meses adicionales, con lo cual se completa un año. Ese es el plazo que tenemos.

Y uno de los problemas es que, si no tenemos una propuesta de una nueva constitución al 4 de julio, que es cuando se cumple este plazo de un año, seguirá rigiendo la constitución del 1980. Estamos realmente con mucha presión, con mucho trabajo, pero con el compromiso de sacar adelante esta propuesta de nueva carta magna porque para eso fuimos elegidos.

— ¿Qué pueden esperar los chilenos del trabajo de la Convención hasta julio?

Nosotros recién estamos comenzando con este trabajo de propuestas de normas. Solamente tres comisiones han presentado propuestas y de un primer bloque. Cada una de las siete comisiones de trabajo nos hemos organizado por bloques, de acuerdo a los temas que nos compete. Estoy en la comisión de Sistema Político y precisamente está proponiendo la eliminación del Senado tal cual se concibe hoy en día, y eso sí ha levantado muchas críticas, pero de parte de algunos sectores políticos.

Esta es una demanda popular y de las bases sociales de las organizaciones muy fuertes porque el Senado en nuestro país era una Cámara que obstaculizaba tanto proyectos de ley como otros temas. Muchas demandas de la ciudadanía tienen necesidades, pero el Senado no sintoniza con estas necesidades y demandas ciudadanas. Por eso hay mucho descrédito de su accionar. Por otra parte, los senadores electos, actualmente, están ocho años en el poder y con muy altos sueldos.

En la ciudadanía, esta iniciativa ha sido muy bien recibida. A nosotros nos felicitan por eso y nos dicen que sigamos adelante. Esto aún no ha sido ni siquiera sancionado por la comisión. Es la propuesta que tenemos, pero es una planteamiento que ha sido elaborado de manera amplia con grandes sectores de políticos y movimientos sociales.

— ¿Cómo ha sido lidiar con la oposición durante la labor de la Convención?

Dentro de los problemas que tenemos en la convención, existe una campaña en contra. Pero esa campaña es orquestada por los mismos sectores que apoyaron el rechazo de esta nueva constitución; es decir, no querían que cambiaran las leyes. Ese mismo sector se ha articulado y es dueño también de los grandes medios de comunicación, y tenemos muchas noticias falsas que circulan y eso daña mucho la convención.

Sin embargo, en el diálogo que yo tengo con las personas, manifiestan entender toda esta situación que se da y entregan su apoyo. Mayoritariamente hay un apoyo a la Convención de la ciudadanía para los avances que están viendo que se dan ahora. Hubo un periodo de mucha crítica, donde no se veía qué es lo que estábamos haciendo los meses anteriores, donde tuvimos que construir los reglamentos para el funcionamiento de la Convención.

— ¿Cuál es el rol de la participación ciudadana en este proceso?

En cuanto a participación popular en este proceso constituyente, fue muy importante porque hubo participación ciudadana a través de las iniciativas de norma popular que se implementaron, en las que personas, colectivos u organizaciones podían hacer propuestas de normas constitucionales. Y esas propuestas debían ser aprobadas por al menos 15.000 personas. Se colocaron en la página web de la Convención y ahí se podían promocionar. Hubo 77 propuestas de norma que ingresaron bajo ese sistema.

Esto es muy relevante porque significa que no solamente nosotros los convencionales estamos escribiendo la nueva carta magna, sino que también se está haciendo con participación ciudadana. Y de la misma forma hubo participación indígena en iniciativas de norma indígena. Cerca de un millón de personas se inscribieron para participar en este proceso. Cada persona podía presentar solo siete iniciativas.

Todos estos elementos son relevantes e históricos porque, por primera vez, en toda la historia de nuestro país, la ciudadanía participa, primero a través de la elección de los constituyentes, una la elección democrática, y después participa también a través de las iniciativas de norma. Y hay otros mecanismos más de participación, donde pueden hacer llegar sus propuestas a la Convención.

— ¿Cuál es el fin de la nueva constitución de Chile?

La mayor parte de las propuestas que estamos haciendo apuntan a poder abrir nuevos espacios de redistribución del poder político, económico y la democratización de las estructuras políticas que actualmente existen y que fueron impuestas en dictadura. Ahora estamos proponiendo cambios que vayan en mayor sintonía, no solamente con la demanda ciudadana, sino que nos permitan sentar las bases para la construcción de un nuevo país, menos desigual.

Buscamos promover una mayor dignidad para todas las personas. Hacia allá están puestas las miradas y el quehacer de una gran parte de quienes somos convencionales y que fuimos electos precisamente por la ciudadanía. También anhelamos una mayor participación para la gente que hasta ahora solamente había sido cada cuatro años para votar por un presidente y eso era todo. Entonces, ahora, la meta es entregar el mayor poder y participación para el pueblo.

Bachiller en Ciencias de la Comunicación. Experiencia en redacción web sobre temas internacionales de coyuntura. Coordinador del equipo de Mundo.