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Peruanos en vilo por demoras en su viaje de repatriación desde Polonia

En medio del bombardeo. Ingo Heredia, Nahum Flores, Josué Rivera y Rafaello Cárpena permanecen en Ucrania. Hay problemas para viajar por tierra a las fronteras. El avión anunciado por Castillo aún no sale del país.

Pedido de padre. Desde Chiclayo, Humberto Heredia pidió a la Cancillería que agilicen la repatriación de su hijo y de peruanos. Foto: Rosa Quincho/LR Norte
Pedido de padre. Desde Chiclayo, Humberto Heredia pidió a la Cancillería que agilicen la repatriación de su hijo y de peruanos. Foto: Rosa Quincho/LR Norte

Los peruanos Ingo Heredia, Nahum Flores, Josué Rivera y Rafaello Cárpena aún siguen en Kiev, una ciudad ucraniana en la que nadie quisiera estar en estos momentos, tras el ataque armado que ha emprendido Rusia.

Ellos tratan de salir del bombardeo, desde el último jueves, pero es complicado movilizarse por la única vía posible: la terrestre. El pasar de los tanques, los aviones y los militares los tiene en constante zozobra. El miedo es inevitable. La duda es insufrible. Sus familias, en Perú, también sienten lo mismo.

Desde Chiclayo, Humberto Heredia contó que su hijo Ingo (41), quien hace 7 años se mudó a Ucrania, se encuentra con su esposa y sus hijas de 5 y 6 años en Kiev. “El Consulado les ofreció trasladarlos en un bus a la frontera, pero como hay demoras y no hay novedades, él ha decidido desesperadamente abordar un tren con dirección a Polonia o Rumanía. Ya son 5 días de guerra, eso tiene en incertidumbre a los 320 peruanos que están en ese país donde vemos destrucción y dolor”, dice Humberto, quien pide al Gobierno agilizar la repatriación. Las familias no entienden de crisis política por estos días. Y es totalmente entendible.

Otro compatriota es Nahum Flores (57), un jurista en derecho internacional que vive desde hace 36 años en Kiev. Él es uno de los 200 peruanos que se ha inscrito para volver a Huancayo, su ciudad natal. Pero lo tendrá que hacer solo. Su esposa y sus hijas han sido trasladadas a un refugio en las montañas. Espera huir del fuego.

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Retrasos en todas partes

La situación en Ucrania es difícil para todos. Ayer, lunes, el Consulado de Perú en Kiev tuvo que suspender para hoy los viajes de los peruanos hasta la frontera con Polonia, ya que no existía la seguridad del caso. “El traslado se ha suspendido por el desastroso estado de las principales carreteras y puentes estratégicos. Sumado a esto, el toque de queda ha sido adelantado de las 10 p.m. a las 8 p.m. hasta las 7 a.m. del día siguiente”, explicó el cónsul honorario del Perú en Ucrania, Juan Olivas a través de un grupo de WhatsApp que comparte con compatriotas.

Agregó que hoy volverán a consultar con las autoridades y los choferes de los buses si es que podrán realizar el viaje a Varsovia. “Efectuaremos el monitoreo según el estado de las carreteras para definir la ruta”.

Ese no es el único problema. Hasta el momento ya hay peruanos que están en Polonia a la espera del avión Hércules de la Fuerza Aérea del Perú, cuyo envío a Ucrania fue anunciado por el presidente Pedro Castillo. No obstante, hasta anoche, la aeronave continuaba en el país.

La República pudo conocer que el avión militar, con capacidad para 80 personas, se encontraba listo para salir con su tripulación al vuelo humanitario. Solo dependía de las últimas autorizaciones y de la lista de peruanos dispuestos que debía entregar la Cancillería.

El ministro de Defensa, José Gavidia, ha explicado que la ruta de la aeronave será Lima Fortaleza (Brasil)-Canarias (España)-Roma (Italia)-Varsovia (Polonia), teniendo en cuenta la recarga de combustible. Demorará 28 horas en llegar a la zona.

“Si todos vienen acá, es decisión de ellos, si no tendremos que sacarlos a un lugar seguro que creemos es Roma”, afirmó.

A Varsovia espera llegar Josué Rivera (27), quien vive junto a su esposa en la ciudad de Konotop, ubicada a pocas horas de la frontera con Rusia. Por lo mismo está pasando Rafaello Cárpena, quien viene caminando y buscando líneas de Metro que lo lleven a Polonia. Él llegó a Ucrania por su hijo de dos años.

Peruano logró salir

Quien sí pudo salir de ese infierno en el que se ha convertido Ucrania es el piloto peruano Yazel Hipólito Rudas, quien en los primeros días de la guerra tuvo que dormir en sótanos. “Gracias a la empresa en la que laboro, pude trasladarme en varios convoyes a una zona de refugiados en Moldavia. Ahora estoy en Ámsterdam (Países Bajos) camino al Perú”, contó a este diario. “Las cosas están feas. Deben ayudar a los demás compatriotas”, dijo preocupado.

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Otros países no se quedan y envían aviones

La Cancillería de Ecuador informó que 319 de sus connacionales han salido de Ucrania. De ese total, 230 están en Polonia, 37 en Eslovaquia, 45 en Hungría, 5 en Moldavia y 2 en Rumanía.

El Gobierno de México precisó que su avión militar ha aterrizado en Bucarest (Rumanía) para repatriar a más de 220 ciudadanos de ese país.

La Fuerza Aérea de Brasil tiene listos dos aviones para un posible transporte de brasileños y otros sudamericanos.

Actualmente, las cancillerías de Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Paraguay, Perú y Uruguay están coordinando para asistir a sus ciudadanos de manera conjunta en Ucrania. La idea es salvarlos.

La clave

El Ministerio de Salud ha habilitado la Línea 113 (opción 5) para la consejería en salud mental de la comunidad ucraniana que vive en el Perú y de las familias de peruanos migrantes. Este servicio está disponible las 24 horas del día y lo realizan profesionales.

(Lima, 1988). Estudió Periodismo en la Universidad Jaime Bausate y Meza. En sus más de 10 años como reportero ha trabajado en radio, TV y prensa. Actualmente, escribe crónicas y reportajes en el diario La República. También ha sido becario de la Red de Periodistas Latinoamericanos Cosecha Roja y es colaborador de la revista Anfibia. Ocupó el primer lugar en el Primer Concurso Nacional de Periodismo sobre Políticas Sociales (CIES-2015). Sus cuentos han sido publicados en antologías literarias. Es coautor de La banda sonora de tu vida (Autómata, 2019), de Generación B, jóvenes del Bicentenario (Artífice, 2021) y de Una carta sin Paul McCartney y otros relatos (Caja Negra, 2022).