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Hospitales de Hong Kong en “modo de guerra” ante propagación de la variante ómicron

La región china de Hong Kong enfrenta su peor brote del coronavirus, y los nuevos contagios llevaron a los hospitales de la ciudad al borde de la saturación.

Pacientes ocupan camillas afuera del hospital Caritas Medical Centre de Hong Kong, el 16 de febrero de 2022. Foto: AFP
Pacientes ocupan camillas afuera del hospital Caritas Medical Centre de Hong Kong, el 16 de febrero de 2022. Foto: AFP

Acurrucados bajo frazadas y mantas térmicas, decenas de pacientes de edad avanzada tiritan de frío en sus camas frente al hospital de una de las comunidades más pobres de Hong Kong, cuyo sistema de salud lucha por combatir una oleada de COVID-19 impulsada por la variante ómicron.

“A esto le llamamos la zona de fiebre”, explica a AFP una enfermera con equipo de protección de cuerpo entero quien pidió no ser identificada. Hong Kong enfrenta su peor brote del coronavirus, y los nuevos contagios llevaron a los hospitales de la ciudad al borde de la saturación.

El lunes 14 de febrero, el hospital Caritas Medical Centre del distrito Sham Shui Po comenzó a instalar carpas de aislamiento en el exterior, inicialmente con un paciente por carpa.

Pero para la noche del último miércoles, familias enteras estaban amontonadas en las instalaciones mientras otros 50 pacientes languidecían en el frío de febrero en camillas delante del hospital.

“Algunos de mis colegas dicen que estamos en modo de guerra”, comentó David Chan, un enfermero de emergencia en Caritas, quien también preside la Alianza de Empleados de la Autoridad de Hospitales de Hong Kong.

Personas duermen en camas instaladas afuera del hospital Caritas Medical Centre de Hong Kong, el 16 de febrero de 2022.

Personas duermen en camas instaladas afuera del hospital Caritas Medical Centre de Hong Kong, el 16 de febrero de 2022. Foto: AFP

Ancianos sin vacunar

Al igual que China, Hong Kong ha seguido una estrategia de cero COVID-19 que durante mucho tiempo logró evitar un brote de contagios, aunque dejó a la ciudad aislada del mundo.

Antes del brote actual, todos los pacientes eran tratados en salas de aislamiento para pacientes de COVID-19, y sus contactos cercanos iban a un campamento de cuarentena.

Pero la contagiosa variante ómicron expuso las flaquezas de la estrategia y la ausencia de un plan para enfrentar una oleada de infecciones. El miércoles 16 de febrero se registró la cifra récord de 4.285 contagios confirmados, con otros 7.000 preliminarmente positivos en esta ciudad de 7,5 millones.

Antes de la oleada actual, Hong Kong había detectado poco más de 12.000 casos desde el inicio de la pandemia. Ahora, los expertos alertan que para marzo podría llegar a 28.000 contagios diarios.

Los más vulnerables son los ancianos de Hong Kong, los más reticentes a la vacuna. Pese a la abundancia de vacunas, solo 43% de personas de 70 a 79 años y 26% de más de 80 años se la han puesto.

La semana pasada el Gobierno dijo que las personas con síntomas leves podían aislarse en sus casas, pero para el miércoles había 12.000 personas que aguardaban internamiento.

Sin plan

En Caritas, el volumen de pacientes dejó al personal “exhausto, estresado y desamparado”, según Chan. “Es tan doloroso que hemos trabajado sin parar y ni así hemos podido atender adecuadamente a cada paciente”, admitió el enfermero, quien agregó que la crisis supera a la que enfrentaron al inicio de la pandemia.

“En ese tiempo no conocíamos bien al virus y teníamos poco equipo”, recordó. “Dos años después, esperábamos que la Autoridad de Hospitales tuviera mejores planes, pero resulta que no los tiene”, reclamó.

La jefa del gobierno local, Carrie Lam, descartó un confinamiento total en la ciudad, pero al día siguiente, diarios controlados por Pekín publicaron una orden del presidente Xi Jinping para que Hong Kong tomara “todas las medidas necesarias” a fin de controlar el brote.

“Castillos de arena”

El Gobierno instaló clínicas temporales para la COVID-19 y planea construir un gran hospital de campaña. También espera utilizar 3.000 apartamentos desocupados y busca hoteles que puedan recibir a personas con el virus.

En el estacionamiento de Caritas, una madre preocupada alza a su niña de dos años mientras esperan en el frío. “Yo llamé a las líneas (gubernamentales del COVID-19) pero ninguna me atendió”, contó a AFP la mujer que se identificó con el apellido de Chau tras señalar que su hija tiene fiebre.

Cuando llegaron dos horas antes, las enfermeras le dijeron que le hiciera la prueba, lo cual puede demorar horas con las 120 personas que esperaban frente al hospital.

“No tienen salas disponibles, así que nos toca volver a casa”, lamentó Chau. Profesionales de la salud han advertido que los hospitales públicos de Hong Kong carecen de financiamiento adecuado y de preparación para un brote del virus.

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