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Muere Frederik de Klerk, el último presidente que propició el fin del apartheid en Sudáfrica

De Klerk abrió la puerta al desmantelamiento del sistema racista del apartheid en 1990 tras más de cuatro décadas de opresión para la mayoría no blanca del país.

El líder del Congreso Nacional Africano, Nelson Mandela, saluda al presidente de Sudáfrica, Frederik De Klerk, en mayo de 1992. Foto: AFP
El líder del Congreso Nacional Africano, Nelson Mandela, saluda al presidente de Sudáfrica, Frederik De Klerk, en mayo de 1992. Foto: AFP

El expresidente sudafricano y Nobel de la Paz Frederik Willem de Klerk, el líder que propició el fin del sistema racista del apartheid, murió hoy a los 85 años por un cáncer, informaron fuentes de su fundación.

“Con gran pesar, la Fundación De Klerk debe anunciar que el expresidente FW de Klerk murió en paz en su hogar en Fresnaye (un suburbio de Ciudad del Cabo, en el suroeste de Sudáfrica) esta mañana, después de su lucha contra un cáncer mesotelioma”, señaló esta organización en un comunicado.

“Le sobreviven su esposa Elita, sus hijos Jan and Susan y sus nietos”, añadió la fundación.

El que fuera el último presidente blanco de Sudáfrica había anunciado que se le había diagnosticado esta enfermedad —un cáncer poco común que afecta al mesotelio, el tejido que recubre los pulmones, el estómago, el corazón y otros órganos— en coincidencia con su último cumpleaños, el pasado 18 de marzo.

De Klerk, presidente de Sudáfrica entre 1989 y 1994, fue el líder que abrió la puerta al desmantelamiento del régimen segregacionista del apartheid en 1990, en un escenario de gran presión internacional y solo después de más de cuatro décadas de opresión total para la mayoría no blanca del país.

Por aquel hito histórico, que llevaría a Sudáfrica a celebrar sus primeras elecciones democráticas en 1994, en 1993 fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz junto a su principal contraparte en aquel proceso, Nelson Mandela.

Entre su legado, destaca especialmente su discurso del 2 de febrero de 1990, con el que anunció el principio del fin del apartheid y la liberación inmediata de los presos políticos, incluido el propio Mandela (quien saldría de la cárcel solo unos días después).

“Es tiempo de que salgamos del ciclo de violencia y nos abramos camino hacia la paz y la reconciliación. La mayoría silenciosa lo ansía”, dijo en aquel histórico momento.

A pesar de ese logro —y aunque también ejerció como vicepresidente del primer Gobierno democrático de Sudáfrica, bajo el liderazgo de Mandela—, su legado es todavía controvertido en la nación austral, donde el legado del apartheid continúa aún muy presente en forma de grandes desigualdades socioeconómicas.

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