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La ilusión de la elección: los comicios de Nicaragua donde se vota pero no se elige

Tras 14 años consecutivos en el poder, Daniel Ortega ha asegurado una nueva reelección por cuestionadas vías que alejan a las elecciones de lo democrático.

Un mural que representa al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, en Managua. Foto: Inti Ocon/AFP
Un mural que representa al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, en Managua. Foto: Inti Ocon/AFP

Cuando dentro de muchas opciones, solo una es válida, en verdad no se está eligiendo nada. Esa es la realidad de Nicaragua, donde las elecciones son una fachada y de democráticas tienen muy poco. El Frente Sandinista de Liberación Nacional tiene como candidato, una vez más, a Daniel Ortega, quien ha permanecido en el poder durante 14 años consecutivos y se perfila como el ganador de los comicios 2021.

Este domingo 7 de noviembre se celebrarán las elecciones presidenciales, para lo cual el Gobierno ha tomado medidas para asegurar la victoria del oficialismo. Así, cerró la contienda al encarcelar a los potenciales rivales políticos y al lanzar una potente campaña de miedo que generó el exilio de miles. De esta manera, los nicaragüenses no serán capaces de elegir un candidato que lleve el cambio a sus tierras, ya que la única opción es continuar bajo la sombra del sandinismo.

Todos los precandidatos presidenciales fueron encarcelados —la periodista Cristiana Chamorro; el politólogo Félix Maradiaga; el economista Juan Sebastián Chamorro; el líder campesino Medardo Mairena; el periodista Miguel Mora; el exembajador del sandinismo en Estados Unidos Arturo Cruz; y un viejo político que ha aspirado varias veces a la presidencia, Noel Vidaurre— a raíz de una persecución impulsada por Ortega y Rosario Murillo, su esposa y “copresidenta”, con la finalidad de eliminar cualquier amenaza para ellos en las urnas.

Protestas sociales, el mal manejo de la pandemia y la radicalización total de la represión son factores que influyeron en la caída del oficialismo desde 2018. Por ello, la jornada electoral no tendrá una competencia real.

La elección del presidente y vicepresidente de Nicaragua se debatirá entre el partido de Ortega y ‘candidatos comparsa’ que rellenarán la cédula. Es decir, políticos completamente desconocidos para la ciudadanía nicaragüense que aparecieron de un momento a otro sin haber realizado campaña, solo para rellenar los espacios que dejaron los apresados por el Gobierno y cobrar un reembolso económico por los votos recibidos, según la nueva ley.

Estos son los candidatos a la presidencia de Nicaragua. Foto: Voz de América

Estos son los candidatos a la presidencia de Nicaragua. Foto: Voz de América

De acuerdo con la socióloga y exguerrillera sandinista, María Teresa Blandón Gadea, los ‘candidatos comparsa’ no tienen buenas opciones de obtener un porcentaje de votos considerable. ”Nadie conoce a esos candidatos, nadie confía en ellos, ya que vienen de partidos pequeños cercanos al Gobierno y no tienen credibilidad en absoluto”, declaró a la cadena internacional alemana Deutsche Welle.

Además, no existe un Consejo Supremo Electoral (CSE) independiente, ya que los nuevos magistrados tienen un estrecho vínculo con el Gobierno. Tampoco habrá observadores electorales, ya que se encuentran prohibidos por la reforma a la ley electoral. Así, la oposición considera que los comicios son una farsa debido a la falta de competencia, transparencia y credibilidad del proceso.

La comunidad internacional también ha puesto en duda el correcto proceso. La Unión Europea ha catalogado las elecciones de este año como fake (falsas, en inglés), mientras que la Organización de los Estados Americanos (OEA) se refirió a ellas como una parodia.

La falsa ilusión de la libertad de elección al parecer traerá consigo un periodo más al mando de Daniel Ortega, pero con el descontento social a tope y el deseo de un cambio más pronto que el final del nuevo mandato.