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Ortega y Murillo: la estrambótica pareja que gobierna Nicaragua enfrentada con EE. UU.

La propia hija de Rosario Murillo calificó de “fusión perversa” la que tiene su madre con Daniel Ortega. “Es la justificación absoluta para un ejercicio brutal (...) por hacer de Nicaragua el reino para toda la vida”.

Daniel Ortega (d) y Rosario Murillo están cerca de otro mandato presidencial en Nicaragua. Foto: EFE
Daniel Ortega (d) y Rosario Murillo están cerca de otro mandato presidencial en Nicaragua. Foto: EFE

El binomio oficialista Daniel Ortega-Rosario Murillo sale de nuevo como favorito para imponerse en las urnas de Nicaragua este domingo 7 de noviembre, en medio de críticas de Estados Unidos (EE. UU.) y la Unión Europea (UE). Una vez salgan victoriosos, le darán continuidad a una larga trayectoria política.

Nicaragua celebrará unas elecciones en las que Ortega, con sus rivales presos o exiliados, se apresta a confirmar su cuarto mandato consecutivo tras 14 años en el poder, bajo el riesgo de que parte de la comunidad internacional no lo reconozca.

Tres años y medio después de las protestas que exigían su renuncia y cuya represión dejó más de 300 muertos, Ortega, que cumple 76 años en una semana, tiene seguro otro gobierno de cinco años con Murillo, su esposa de 70 años.

En las calles nadie lo duda. Ortega se enfrenta a cinco candidatos desconocidos y señalados de colaborar con el gobierno, tras el arresto de siete aspirantes presidenciales y la anulación de tres partidos opositores, en una ofensiva que desde junio encarceló a 39 políticos, empresarios, campesinos, estudiantes y periodistas.

La arremetida desató el temor en el empobrecido país centroamericano de 6,5 millones de habitantes. “No hay por quién votar. Daniel tiene esto en la bolsa”, dijo a AFP una mujer de 46 años en su casa en Masaya (sur). Pidió anonimato: “No se puede hablar, vas preso”, afirmó.

Unos 4,3 millones de nicaragüenses están llamados a votar —también elegirán 90 diputados—, y, según un sondeo de Cid-Gallup, el 65% habría votado por un opositor y 19% por Ortega, aunque la encuestadora progobierno M&R afirma que un 70,7% votará por el FSLN.

De los aspirantes de la oposición, la favorita era Cristiana Chamorro, hija de la expresidenta Violeta Barrios (1990-1997) y bajo arresto domiciliario.

Los detenidos están acusados de atentar contra la soberanía, promover sanciones contra Nicaragua, “traición a la patria” o “lavado de dinero”, conforme a leyes aprobadas en 2020 por el Congreso, bajo control oficialista, al igual que el poder judicial y electoral.

Rosario Murillo, la excéntrica y poderosa “copresidenta” de Nicaragua

Ortega primero calificó a Murillo como la “eternamente leal” y, ahora, a pocos días de las elecciones generales, la nombró “copresidenta de Nicaragua”.

Ante una delegación oficial de Rusia, Ortega llovió en elogios hacia Murillo, una mujer menuda que sobresale por su florida vestimenta, así como por el contraste de sus atuendos, generalmente sobrados de anillos, pulseras, y pinturas faciales, que suelen ir en sintonía con llamados a la paz, apelativos contra los opositores, y los señalamientos de nigromancia.

El día que su esposo la declaró “copresidenta”, ambos estaban en un estrado circular, rodeado por 250 autobuses dispuestos en filas procedentes de Rusia, lo que rápidamente fue identificado en redes sociales como la figura Atón, un dios de la mitología egipcia, bondadoso, pero opuesto al que Murillo define como “Gobierno cristiano”.

Esta es la más reciente de las controversias que rodean a la primera dama nicaragüense.

En sus alocuciones casi diarias, emite órdenes, increpa a ministros, decide campañas, expresa deseos que se terminan haciendo realidad, o aprueba cuándo se debe reconocer que un alto funcionario ha pasado “a otro plano de vida”.

La hija de Murillo e hijastra de Ortega, Zoilamérica Narváez, emparejó el poder de su madre con el del gobernante dos años antes de que la vicepresidenta fuera declarada “copresidenta”.

“Existe, a estas alturas, una fusión, una fusión perversa, en donde Daniel Ortega es la justificación absoluta para un ejercicio brutal y déspota de Rosario Murillo por preservar el poder y, además de eso, por hacer de Nicaragua el reino para toda la vida”, declaró Narváez al portal Confidencial.

Con información de AFP y EFE

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