Figueroa: “Los cubanos deben encontrar su propio camino para resolver sus problemas”

El régimen de Miguel Díaz-Canel continúa sin dar una cifra oficial de detenidos, aunque organizaciones y activistas aseguran que son varios centenares, en su mayoría jóvenes, desde las protestas en Cuba del domingo 11 de julio. Unas históricas movilizaciones que no se vieron en más de 60 años.

Miles de personas se lanzaron a las calles en diferentes poblados y ciudades a lo largo y ancho de la isla al grito de “Abajo la dictadura” y “No tenemos miedo”. El levantamiento contra la dictadura que comenzó en la ciudad de San Antonio de los Baños se dispersó rápidamente a otras localidades.

Al tercer día de las masivas protestas en el país caribeño, se registró la primera víctima mortal. Se trata del ciudadano Diubis Laurencio Tejeda, de 36 años, quien perdió la vida en medio de un enfrentamiento entre manifestantes y la Policía, reveló el diario oficial Granma.

El último miércoles, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) indicó que Cuba reportó “aumentos dramáticos” de casos de coronavirus en algunas provincias la última semana. “Se notificaron más de 43.000 casos, lo cual representa un incremento del 21% (con respecto a la semana anterior), con un promedio de 6.199 casos diarios”, señaló el organismo.

Sin embargo, la OPS —oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS)— no vinculó estas cifras a las manifestaciones antigubernamentales que estallaron en más de 40 ciudades de Cuba. “El número de casos en Cuba había ido en aumento antes de las recientes protestas”, detalló.

En busca de la libertad tras 62 años de represión

En diálogo con La República, el analista internacional Carlos Figueroa indicó que hubo dos fenómenos que deterioraron la legitimidad de régimen cubano: “La pérdida de la épica, del sustento de su relato, y la democratización de los países que la circundan en América Latina”.

Sostiene que el primero debilitó la receptividad del discurso de quienes comandaban Cuba y tuvo su gran final en el fallecimiento del líder histórico de la Revolución, Fidel Castro. El segundo fenómeno, el de la democratización de las naciones, fue convirtiéndose, para algunos, en un “referente comparativo”.

Para Figueroa, “el problema desastroso e inhumano que generaba el bloqueo de Estados Unidos ya no era visto como una razón suficiente para mantener ciertas limitantes a los valores de la democracia liberal —libertad de prensa, de opinión, de acceso al poder político, entre otros— que empezó a gustar a algunos grupos sociales”.

En este contexto, recrudecido por la pandemia de la COVID-19, que trajo en todos los estados un fuerte malestar social, se desató las marchas en toda la isla. En consecuencia, “el inédito alzamiento no se había dado porque no se habían juntado los factores para que se diera”, precisó el analista.

¿Qué rol jugará Estados Unidos?

Según Carlos Figueroa, el Gobierno de Joe Biden se mantendrá al margen de lo que ocurra en la isla caribeña. No obstante, la Casa Blanca sancionó este jueves a “los responsables de la opresión del pueblo cubano”, según indicó el propio mandatario estadounidense.

Lo que aconseja es que los habitantes de la isla busquen la solución para terminar con la opresión que lleva más de 60 años. “Los cubanos deben encontrar su propio camino para resolver sus problemas y desafíos”, sostuvo el analista internacional.

A través de la historia, Estados Unidos y Cuba han sido aliados y adversarios, pero nunca indiferentes ante el otro. Ambos países han mantenido una compleja relación desde que la isla obtuvo su independencia de España hace más de 120 años.

“Hay muchos temas en los que Cuba y Estados Unidos tienen intereses compartidos —como la inmigración, el combate al narcotráfico o la protección al medio ambiente—, a los que podrían dar mejor respuesta si se hablaran y reconciliaran, pero la hostilidad bilateral bloquea la posibilidad de progresar en esos temas”, declaró William LeoGrande, profesor de Gobierno en la Escuela de Asuntos Públicos de la American University, a la BBC.

El futuro de las protestas en Cuba

Las calles siguen invadidas por las fuerzas del orden y los incidentes cada vez son más confusos por la falta de información relacionada con la ausencia de internet. Ahora, la atención está en los detenidos y los procesos que vendrán.

Figueroa señaló que es difícil saber cuál será el desenlace de las manifestaciones, que están en la mira de la comunidad internacional. “Los movimientos sociales no tienen dinámicas parejas en todos los países, tampoco en Cuba”, explicó.

“El auge de las redes sociales en la isla probablemente mantenga algún tiempo vivas las protestas, pero es difícil pronosticar si generarán algún cambio político sustantivo”, concluyó.

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