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“A Chile le viene bien una centroizquierda”, dice el primer gobernador electo de Santiago

Mientras en Chile los sondeos favorecen a comunistas y ultraderechistas, Claudio Orrego apuesta por “serenar” el escenario político. “El bien común requiere no estar dividido entre buenos y malos”, resaltó.

El electo gobernador por la región metropolitana, Claudio Orrego (c), celebró su triunfo durante la segunda vuelta de las elecciones a gobernadores regionales en Chile. Foto: EFE
El electo gobernador por la región metropolitana, Claudio Orrego (c), celebró su triunfo durante la segunda vuelta de las elecciones a gobernadores regionales en Chile. Foto: EFE

Por: Patricia Nieto Mariño, corresponsal de EFE

Algunos lo ven como un político “de la vieja escuela”, otros como una opción de centro y dialogante. El demócrata-cristiano Claudio Orrego, primer gobernador electo de Santiago de Chile, dijo este martes en una entrevista con EFE que enfrenta su cargo con un reto principal: “serenar” un escenario político altamente polarizado.

Con un mensaje de unidad, que apela a “todos lo colores políticos” —algo poco frecuente en Chile desde la crisis social de 2019—, Orrego se convirtió este domingo en uno de los pocos rostros centristas que logra calar en Chile, donde, según las encuestas, la ultraderecha y el comunismo cada vez tienen más adhesión.

Ampliamente apoyado en las zonas rurales y los barrios más ricos, el gobernador arrebató este domingo la capital a una candidata de la izquierda más radical, dando aliento a la Democracia Cristiana y a una coalición de partidos de la izquierda más tradicional que lideró la transición (1990), pero que llevaba años de capa caída.

Pregunta (P): La centroizquierda fue la gran ganadora de las elecciones regionales, se llevó 10 de las 16 gobernaciones, incluida la capital. ¿Es una señal de que la gente se ha cansado de la polarización política de los últimos meses?

Respuesta (R): Es evidente que después de tres años muy difíciles de crisis social y pandemia, la sed de cambios sigue siendo importante, sin embargo, creo que este triunfo es una señal política de que la gente quiere un cambio con diálogo, con un buen trato democrático y con gobernabilidad.

P: Más allá de las regiones, ¿cree que Chile necesita una fuerza de centro para gobernar el país?

R: A Chile le viene bien que haya una centroizquierda, un sector que representa una fuerza de cambio serena. El bien común requiere no estar dividido entre buenos y malos, entre la extrema izquierda y la extrema derecha, sino que haya algo intermedio que canalice y serene esa sed de cambios sociales.

P: Sin embargo, la centroizquierda estuvo cerca de dividirse de cara a la carrera presidencial. ¿Está preparada ahora para asumir ese reto?

R: La ciudadanía nos ha dado una nueva oportunidad, un voto de confianza y espero que los dirigentes de centroizquierda estén a la altura y que tengamos una única candidatura presidencial antes de fin de año.

P: Su discurso siempre ha apelado a todo el electorado, ¿cree que ha llegado el momento de tender puentes en política?

R: Chile va a quedar muy malherido después de la pandemia. Tendremos que hacer un esfuerzo para levantarnos y eso supone un liderazgo inclusivo. Los dramas de la capital, como el empleo, el tema medioambiental, o el creciente narcotráfico no tienen color político.

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