COVID-19: una de cada cuatro ciudades de Brasil tiene lista de espera para UCI
El resultado refleja el estado del sistema de salud en momentos en que el país afronta la peor fase de la pandemia, con los hospitales rebasados y récords sucesivos de contagios y muertes.
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Una de cada cuatro ciudades de Brasil tiene lista de espera de pacientes con coronavirus en estado grave que aguardan por una cama en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), según una encuesta divulgada este viernes 9 de abril por la Confederación Nacional de Municipios.
El resultado reflejó el estado crítico en el que se encuentra el sistema público de salud brasileño en momentos en que el país afronta la peor fase de la pandemia, con los hospitales desbordados y récords sucesivos de contagios y muertes.
Entre los 3.169 municipios sondeados entre el 5 y el 8 de abril, 768 respondieron que tienen enfermos con COVID-19 a la espera de una cama de terapia intensiva para recibir tratamiento, lo que equivale al 24,2% de las localidades que participaron en el estudio.
En algunas zonas de la nación, los profesionales sanitarios también enfrentan la falta de medicamentos y cilindros de oxígeno destinados para los enfermos más graves.
Según la encuesta, 1.207 localidades reconocieron que están en “riesgo inminente” de quedarse sin ese paquete de fármacos, como sedativos, analgésicos y bloqueadores neuromusculares, esenciales para mantener intubados a los pacientes con el virus que están en la UCI. Esa cifra equivale al 38,1% de las autoridades entrevistadas.
Con una población de 212 millones de habitantes distribuidos en 5.570 ciudades, el gigante sudamericano registró, hasta este viernes, 348.718 fallecidos y cerca de 13,4 millones de infectados por el SARS-CoV-2.
El promedio de fallecidos vinculados a la enfermedad en los últimos siete días fue de 2.900 al día. Esta semana, Brasil ha superado dos veces la barrera de los 4.000 muertos en 24 horas: 4.195 el martes y 4.249 el jueves, nuevo máximo histórico.
La gestión de la crisis sanitaria en el territorio brasileño ha estado marcada por el negacionismo del Gobierno del presidente Jair Bolsonaro, quien desde el principio minimizó la peligrosidad del coronavirus, censuró la adopción de confinamientos e, incluso, llegó a poner en duda la eficacia de las mascarillas.
El último jueves, un juez de la Corte Suprema ordenó al Senado poner en marcha una comisión de investigación para averiguar presuntas “omisiones” del Ejecutivo en el manejo de la pandemia, que ha sido conducida por cuatro ministros de Salud en apenas un año.
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