Corresponsal de la BBC en China huye del país para salvar su vida
“Me uno a un número creciente de corresponsales extranjeros que ahora se ven obligados a cubrir la historia de China desde Taiwán u otras ciudades de Asia y más allá”, expresó John Sudworth.
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El corresponsal de la BBC en china John Sudworth decidió abandonar de manera inmediata el país con su familia tras recibir varias amenazas por sus reportajes sobre la violación de los derechos humanos en Xinjiang.
John relata cómo fue el momento que vivió en su último día en China, cuando alistó improvisadamente su maleta y la de su familia mientras la policía vestida de civil los observaba fuera de su casa, para luego seguirlos hasta el aeropuerto hasta realizar su chequeo final.
“Fue un recordatorio de la triste realidad de informar en China hasta las últimas consecuencias”, expresó Sudworth.
La maquinaria de propaganda de China ha negado en todos los aspectos que John Sudworth haya enfrentado amenazas o algún riesgo en el país.
“El Ministerio de Relaciones Exteriores dice que no sabe que Sudworth estaba bajo alguna amenaza”, dijo el diario Global Times, controlado por el Partido Comunista, “excepto que puede ser demandado por personas en Xinjiang por sus reportajes difamatorios”.
La Cancillería de China había brindado una conferencia de prensa el pasado jueves para hablar sobre las “noticias falsas” de la BBC.
Durante la conferencia se reprodujo una de las entrevistas con Volkswagen en China sobre su decisión de operar una planta de automóviles en Xinjiang, donde afirmaron a la audiencia que este tipo de informe ocasiona la ira del pueblo chino.
John desmintió lo declarado en la conferencia de China porque asegura que la mayoría del pueblo chino no tiene acceso a sus informes debido a que han estado bloqueados durante mucho tiempo.
“Pero si bien mi publicación ha llevado a un final tenso e inquietante, vale la pena recordar que la mía es solo la última de una larga lista de salidas de medios extranjeros en los últimos años”, dijo el corresponsal de la BBC.
“La libertad económica crea hábitos de libertad”, dijo una vez el expresidente estadounidense George W. Bush, en un discurso en el que pidió la aceptación de China en la Organización Mundial del Comercio (OMC).”Y los hábitos de libertad crean expectativas de democracia”, continuó.
John comenta que desde que comenzó a trabajar en China en el 2012, ha escuchado a noticieros afirmar que China, mientras se enriquece, se volverá más libre. Y desde que Xi Jinping asumió el cargo de secretario general del Partido Comunista Chino, la transformación en los patrones comerciales globales ha cambiado al país positivamente en el ámbito económico y social, pero las expectativas de democracia están más lejanas que nunca.
“Cualquier periodismo extranjero que exponga verdades sobre la situación en Xinjiang, que cuestione el manejo de China del coronavirus y sus orígenes, o que dé voz a los opositores sobre los planes autoritarios para Hong Kong, ahora está en la línea de fuego”, afirma John.
También agregó que “los propagandistas de los medios estatales publican y publican su contenido en el extranjero sin restricciones, mientras que en casa, China restringe los informes independientes, censura las transmisiones y sitios web extranjeros y bloquea a los periodistas foráneos en sus propias redes sociales”.
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