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Policía de Brasil investiga vacunación clandestina, robos de dosis y fraudes

Las autoridades brasileñas investigan denuncias que señalan que un grupo de políticos y empresarios de Minas Gerais habría importado y tomado ilícitamente dosis de la vacuna de Pfizer.

Un grupo de 50 personas, entre quienes figuran políticos, empresarios del sector Transporte y sus familiares, se habría inmunizado de forma irregular con dosis de Pfizer. Foto: AFP
Un grupo de 50 personas, entre quienes figuran políticos, empresarios del sector Transporte y sus familiares, se habría inmunizado de forma irregular con dosis de Pfizer. Foto: AFP

Vacunaciones clandestinas, ventas fraudulentas, robos a mano armada: las denuncias sobre intentos de hacerse ilegalmente con la vacuna contra el coronavirus se multiplican en Brasil, epicentro de la pandemia, que lleva retraso en su campaña de inmunización.

La Policía Federal (PF) informó este viernes 26 de marzo que investiga denuncias de que un grupo de políticos y empresarios de Minas Gerais (sudeste) habría importado y tomado ilegalmente dosis de la vacuna de Pfizer.

La investigación busca desvelar “la supuesta importación y, por consiguiente, aplicación irregular de vacunas que habría ocurrido en Belo Horizonte, específicamente en un garaje de una empresa de transporte de pasajeros”, indicó la PF en un comunicado.

Según la revista Piauí, que reveló el caso, el grupo estaría compuesto por unas 50 personas, entre ellas políticos, empresarios del sector de transporte y sus familiares, que habrían recibido una primera dosis el martes y planeaba recibir la segunda 30 días después, a un valor de 600 reales por persona (105 dólares).

“Pfizer niega cualquier venta o distribución de su vacuna contra la COVID-19 en Brasil fuera del ámbito del Programa Nacional de Inmunización”, comunicó el laboratorio en un comunicado enviado a la AFP, en el que asegura que su vacuna todavía “no está disponible en territorio brasileño”.

El Congreso autorizó la importación de vacunas por parte del sector privado, pero, hasta que el Gobierno no inmunice a sus grupos prioritarios (unos 77 millones de personas), todas las dosis importadas deben ser donadas al Ministerio de Salud. Una vez cubiertos los grupos de riesgo, las empresas deberán ceder la mitad de sus compras al poder público.

El gobierno de Jair Bolsonaro anunció recientemente la compra para este año de 100 millones de dosis de Pfizer, ya aprobada por el regulador sanitario brasileño. El país empezará a recibir las primeras dosis de esta vacuna a partir de abril.

Mientras tanto, la campaña de vacunación avanza a paso lento con dosis de la vacuna china CoronaVac y de la sueco-británica AstraZeneca. Hasta ahora, alrededor del 6% de los 212 millones brasileños recibieron una primera dosis y apenas el 2% ya está completamente inmunizado.

Robos de dosis a mano armada

La avidez por los inoculantes se ha reflejado también en, al menos, dos robos a mano armada esta semana. En Natal (nordeste), hombres provistos con metralletas amenazaron el último lunes a enfermeros en un puesto de salud y se llevaron 20 dosis de CoronaVac.

Días después se registró una escena similar en Sao Paulo, donde los asaltantes lograron hacerse con un centenar de inmunizantes.

La Policía Federal investiga, además, a un grupo “sospechoso de ofrecer fraudulentamente al Ministerio de Salud 200 millones de dosis de vacunas contra el coronavirus en nombre de un gran consorcio farmacéutico”.

Brasil, que esta semana superó la marca de 300.000 muertos por la pandemia, atraviesa una segunda onda que provoca el colapso de los hospitales en varias regiones de la nación.

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