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Trump no solo perdió las elecciones, sino que teme ir a la cárcel

El presidente de Estados Unidos ha hecho consultas con juristas para poder emitir indultos a favor de sus hijos y de su yerno, y también auto indultarse, en caso de que en estos días prosperen las denuncias en su contra. Pero hay delitos estatales sobre los cuales no podría ejercer el poder presidencial.

Donald Trump, presidente saliente de Estados Unidos. Foto: AFP
Donald Trump, presidente saliente de Estados Unidos. Foto: AFP

Por Antonio Camborda

La conducta errática del presidente Donald Trump en los últimos tres meses tiene, por lo menos, un par de explicaciones :1) haber fracasado en su intención de perennizarse en el poder, a través de su supuesta “dinastía Trump”; y 2) el peligro que para él y su familia significa perder la inmunidad.

Con la derrota electoral en Estados Unidos, Trump no solo ha perdido su oportunidad de un segundo mandato de cuatro años y el enorme poder por ser el presidente del país más poderoso del mundo, sino que también se esfumaron sus aspiraciones de ver a su hija Ivanka como la primera mujer presidenta en el 2024.

La derrota ha sido de tal magnitud que ha influido en su ánimo y le es difícil asimilarla. Por eso, se cierra en no aceptar el triunfo de Joe Biden, y, al contrario, mantiene sus denuncias de un supuesto fraude electoral, a pesar de que las cortes, a las cuales han acudido sus abogados, las rechazaron por falta de pruebas.

Trump, acostumbrado a salirse con la suya, no acepta la adversidad, pues le cuesta entender que todo poder tiene sus limites y que hay reglas de juego que tienen que ser respetadas.

Sin duda alguna, sus sueños de haber creado una dinastía para controlar Estados Unidos por muchos años más, se han venido abajo, y ahora, las investigaciones abiertas en varias cortes, por malos manejos empresariales y posible corrupción tanto del mismo Trump como de los miembros de su familia, lo tienen en ascuas.

Por eso, a Trump se le suele ver, en las oportunidades que aparece en público, como una fiera herida que busca defenderse a como dé lugar.

El plan del mandatario fue impedir que la ciudadanía enviara sus votos por correo, a pesar de que él mismo y varios miembros de su familia lo habían hecho en oportunidades anteriores.

El argumento fue que el voto por correo se prestaba al fraude. Fue una ofensa a la inmensa cantidad de ciudadanos que consideran al Servicio Postal como una institución muy segura, nacida con la República, y que siempre ha votado por correo.

Pero lo que no estaba en sus cálculos fue la avalancha de ciudadanos que votaron por correo o acudieron a los recintos para emitir sus votos en el periodo de las llamadas elecciones tempranas, y también el mismo 3 de noviembre.

En la práctica se batieron récords de asistentes, y por eso, votaron en estas elecciones más de 150 millones de ciudadanos.

Trump ha recurrido a una serie de artimañas y mentiras para enlodar las elecciones, pero, ante sus excesos, muchos gobernadores republicanos, representantes de su mismo partido y algunos senadores, le han aconsejado que acepte el triunfo de Biden y mantenga la tradición desde cuando nació la república.

Pero el hombre es duro de convencer. Y solo los de su círculo más íntimo saben el porqué de ese comportamiento: la pérdida de la inmunidad presidencial y la alta posibilidad que termine preso, y no solo él, sino su hija Ivanka, sus hijos Donald Jr. y Eric y su yerno Jared Kushner.

Ya se ha hecho público el afán de Trump de consultar con expertos en leyes sobre la posibilidad de indultar a sus hijos, a sus aliados, y auto indultarse.

Y es que, de acuerdo a la legislación norteamericana, una persona puede ser indultada de antemano por los delitos que cometió y por lo que cometería a futuro.

Y también hay dos casos en la historia de este país, en que el presidente puede auto indultarse, aplicando una figura que dice que nadie puede juzgarse a sí mismo.

Pero, las aspiraciones de Trump se pueden truncar porque hay leyes que niegan la posibilidad de indulto en casos vinculados a la declaración de impuestos, fraude económico y malos manejos empresariales.

Y también la limitación está en caso de que los delitos hayan violado las leyes de los estados donde fueron cometidos.

Ahora se entiende, por qué la pérdida de las elecciones del 3 de noviembre ha golpeado muy duro el inmenso ego de Trump, quien tras los primeros días de la derrota tenía la mirada por los suelos y rehusaba dar la cara a los periodistas.

Pero, en lo que insiste es que ha habido fraude porque su contrincante no salió a hacer campaña como él la hizo, y se mantuvo dentro de su casa.

Según Trump, como insistió el sábado en Georgia, en un extenso discurso para apoyar a los candidatos republicanos al Senado, el resultado de las elecciones ya se sabía desde antes del 3 de noviembre.

Su intervención en Georgia ha sido criticada porque en vez de apoyar a los candidatos republicanos al Senado, ha satanizado las elecciones de tal manera que muchos analistas creen que eso ahuyentará de las urnas a los electores republicanos.

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