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Crónica de una muerte anunciada (cuatro actos), por Francisco Miranda

“No sabemos qué va a pasar en unos días, pero lo que es claro es que Estados Unidos está en un punto de quiebre”.

Donald Trump
Donald Trump

Escribe Francisco Miranda

Primer Acto

Estados Unidos permite votar vía servicio postal desde hace décadas. Más aun, el país lo instauró por primera vez, a gran escala, durante la Guerra Civil a mediados del siglo 19. A lo largo de la pandemia, muchos estados han promovido el voto vía servicio postal, a fin de que los ciudadanos americanos puedan ejercer el derecho a voto sin poner en riesgo su salud.

En mayo de 2020, el presidente Trump nombra a un gran donante republicano a la cabeza del Servicio Postal de los Estados Unidos, Louis DeJoy. DeJoy es un empresario que no tiene experiencia alguna en el servicio postal.

Lo primero que hizo fue tomar medidas económicas a fin de reducir costos, lo que a su vez limitó el alcance del servicio postal, así como significativas demoras en un sistema postal que de por sí ha estado deficiente. En agosto, DeJoy remueve a 23 altos funcionarios indicando que necesitaba reconfigurar un “modelo de negocio fallido”.

A la fecha y en lo que va de las elecciones, cerca de 60 millones de estadounidenses ya han hecho uso del sistema postal para votar. Al llevar a cabo cambios estructurales en el servicio postal, queda la duda sobre cuándo se llegarán a contabilizar dichos votos.

Segundo Acto

El presidente Trump tuitea en julio de este año que votar vía servicio postal hacen de las elecciones de 2020 “las más incorrectas y fraudulentas de la historia.”

Desde ese momento y a la fecha, Trump ha insistido en cada conferencia de prensa, programa de televisión (e incluso en el último debate presidencial) que votar vía servicio postal es equivalente a fraude. No da mayor sustento, pero lo repite sin cesar y alega que el voto por correo facilita un fraude. Algo reiterado también por miembros de su partido.

Importante mencionar que a la fecha, las encuestas le dan una amplia ventaja al candidato Biden.

Tercer Acto

El 18 de setiembre fallece Ruth Bader Ginsburg, jueza de la Corte Suprema de Estados Unidos. Ginsburg fue considerada un ícono feminista y ha sido una gran luchadora por justicia social y valores progresistas.

El presidente Trump y los republicanos ya han nombrado a dos jueces para una corte de solo nueve (en 2017 y 2018). Asimismo, los republicanos han sostenido en múltiples oportunidades que no se debe buscar el reemplazo de un Juez Supremo en año electoral, pues se debe primero confirmar mediante las elecciones si la ciudadanía desea continuar con el actual presidente.

El Partido Republicano fue en contra de sus mismas tradiciones y decidió empujar la nominación de la jueza Amy Coney Barrett, propuesta por el presidente Trump. Barrett es una jueza joven que mantiene visiones ultraconservadoras sobre el aborto, el derecho a portar armas, temas de discriminación racial e inclusive inmigración. El puesto de Juez Supremo es de por vida y con su juramentación esta semana, la Corte Suprema se convierte en conservadora por mayoría.

Es la primera vez en la historia de la Corte Suprema (desde su creación en 1789) en la que se reemplaza un Juez Supremo a solo una semana de las elecciones generales presidenciales.

Cuarto Acto

En el año 2000, la Corte Suprema de los Estados Unidos decidió el resultado de la elección presidencial entre George Bush y Al Gore a partir de un problema de conteo en Florida. La Corte terminó otorgándole la elección a George Bush, decisión considerada una de las más controversiales en su historia.

La diferencia entre el 2000 y el 2020 es que, en este caso, el presidente en conjunto con el partido Republicano ha diseñado una potencial estrategia a fin de proteger su reelección. Todo está ahora en su lugar; un jefe parcializado en el Servicio Postal, una narrativa -falsa- sobre fraude, y una Corte Suprema abiertamente conservadora y a favor del partido Republicano.

¿Cuál es el peor escenario? El 3 de noviembre son las elecciones generales, y si el resultado al final de la jornada es ajustado entre ambos candidatos, el presidente Trump y su partido van a declarar una victoria adelantada. El presidente ya anunció que se deben tener resultados finales el 3 de noviembre, con lo cual confirma que se rehusarán a esperar los votos por correo, pues como han venido proclamando desde julio, estos serían fraudulentos.

En consecuencia, el caso iría a la Corte Suprema, donde muy probablemente se invitaría a DeJoy y su equipo a declarar. Por otro lado, la flamante Jueza Barrett se ha rehusado a confirmar si se abstendría en caso la decisión sobre las elecciones recaiga en la Corte Suprema.

No sabemos qué va a pasar en unos días, pero lo que es claro es que Estados Unidos está en un punto de quiebre; no solo por una pandemia descontrolada que se ha llevado a más de 200.000 vidas estadounidenses, sino porque podrían estarse dirigiendo a una de las etapas más complejas y contenciosas en su historia republicana, potencialmente redefiniendo sus valores democráticos y su posición a nivel global. Crónica de una muerte anunciada.

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