México: mujer pierde el ojo por golpes de su marido
La fémina soportó la violencia física y psicológica por más de 18 años.
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No hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista. La violencia de género se ha vuelto insostenible. Según el secretariado ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), aproximadamente diez mujeres son asesinadas cada día en México.
Las féminas que no son asesinadas, son violentadas de diversas formas. Así, las cifras revelan que el 89.5 % han sufrido algún tipo de violencia, ya sea física o psicológica.
Dentro de ese grupo se encuentra Amanda Mojica Román, quien sufrió el maltrato de su pareja durante las últimas dos décadas de su matrimonio.
“Perdí la vista del ojo derecho a causa de los golpes que durante más de 18 años me dio mi esposo”, manifestó la mujer de 62 años en una entrevista con El Universal. Sin embargo, no fueron solo golpes, sino también insultos.
“En mi cabeza siguen los insultos que me decía, como ‘no sirves para nada’, ‘eres una inútil’. Yo solo quería que se terminara ese sufrimiento y los golpes que me hicieron daño a mí y a mi hijo”, señala.
violencia de genero
La fémina, además, reveló que su pareja era policía de la Central de Abasto y lo detuvieron por violencia familiar en 2008. Pese a ello, la dependencia económica hizo que Amanda lo perdonara. Ellos se habían casado por bienes mancomunados, por lo que ella tenía miedo de perder sus cosas.
La sexagenaria relató que tuvieron una discusión y luego el hombre comenzó a darle puñetazos y cachetadas.
“Desperté y ya no podía ver. Le dije a (mi esposo) lo que me había hecho, pero negaba todo y trató de ayudarme porque tenía miedo que yo pudiera hacer algo como para meterlo a la cárcel”, manifestó la agraviada.
En la visita con el médico, le dijeron que la retina se había reventado, y que podría repararse, pero la operación era costosa.
Denuncia
Hace un año y medio, Amanda se armó de valor y tomó la decisión de denunciar a su agresor en el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México con sede en Iztapalapa. Allí la asesoraron y se interpuso medidas de restricción para que su pareja de 70 años de edad no se acerque a ella ni su casa.
El caso aún no tiene sentencia, por lo que en abril se definirá si su marido debe pagarle una indemnización por los daños infringidos durante el matrimonio.
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