Bruselas promete mayor presencia de mujeres en cúpulas empresariales

Vuelve a la palestra. Con el objetivo de aminorar las brechas de género, la Comisión Europea ha retomado la propuesta que obligaría a las compañías a incrementar la presencia de mujeres en puestos de poder. El requerimiento mínimo sería un 40 %.

Este jueves ha sido presentada la estrategia por la igualdad de género 2020-2025 por la comisionada europea de Igualdad, Helena Dalli, y su homóloga de Justicia, Vera Jourová. Allí se ha trazado el objetivo de que las féminas tengan mayor presencia en los puestos directivos de las empresas, además de acabar con la brecha salarial y combatir la violencia contra las mujeres.

Así, se ha recuperado la propuesta que obligaba a las compañías a tener una cuota del 40 % de presencia femenina en los puestos no ejecutivos de los consejos de administración.

Sin embargo, esto ya se había dado en el 2012 cuando el Ejecutivo comunitario aprobó la propuesta. Pese a ello, no se llegó a ejecutar. Así, en la actualidad, las mujeres siguen sin tener las mismas oportunidades que sus pares. Ellas suman solo un cuarto de los miembros del consejo de administración de una empresa, y en cuanto a su representación en las cúpulas, es solo de un 8 %, según información de El País.

Ante ello, este plan propone directivas más estrictas en cuanto a combatir la violencia de género, acabar con los estereotipos, relanzar la independencia económica de las mujeres, y asegurar la igualdad de oportunidades en el mercado laboral. Es en este último donde la brecha salarial entre hombres y mujeres aún es del 16 %.

Dalli ha resaltado que cuentan con el apoyo de todos los miembros del comisionado. “Es importante que todos estén en la misma dirección. Esto no es una lucha de mujeres contra hombres”, manifestó la comisionada de Igualdad.

Cabe resaltar que Dalli tiene experiencia enfrentándose en casos que parecen imposibles. La maltesa fue ministra de Igualdad de su país, donde logró que se autorizara el matrimonio homosexual, el derecho a la adopción por parte de las parejas del mismo sexo y la utilización de la píldora del día siguiente. Ello, en una sociedad católica conservadora que no legalizó el divorcio hasta el 2011.

Ahora, desde el cargo que ejerce, pretende realizar cambios para lograr que la equidad entre hombres y mujeres no queden solo en papel, sino conlleve a tomar acciones concretas por parte de los países miembros.