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Científicos plantean la donación de espermas procedente de hombres muertos

Ante la carencia y necesidad de donantes de gametos en Reino Unido, investigadores argumentan que el método sería “éticamente permisible”.

Científicos de Reino Unido sustentaron la posibilidad de que se autorice la donación de semen de personas muertas para tratamientos de reproducción asistida en una investigación titulada “El caso ético para la donación no dirigida de esperma postmortem”.

El artículo publicado en la revista de bioética Jorunal of Medical Ethics parte de la necesidad de gametos donantes en el país europeo y establece desde el título su búsqueda de respuestas ante las implicaciones éticas que conllevaría el método.

Sus autores, Nathan Hodson y Joshua Parker, describen y defienden el concepto de donación voluntaria de este tipo de esperma y argumentan por qué sería “éticamente permisible”.

“La incapacidad para acceder al esperma del donante y el sufrimiento que esto causa, argumentamos, justifica permitir el acceso al esperma donado después de la muerte”, apuntan los médicos. En otro apartado, establecen que la infertilidad causa sufrimiento y que algunos casos pueden mejorarse con el acceso de reproducciones asistidas.

“Si es moralmente aceptable que las personas puedan donar sus tejidos para aliviar el sufrimiento de otros en ‘trasplantes que mejoran la vida’ por enfermedades, no vemos ninguna razón para que esto no pueda extenderse a otras formas de sufrimiento como la infertilidad, que puede o no ser también considerado una enfermedad”, se lee en el punto “¿Una necesidad insatisfecha justifica el uso de gametos donados después de la muerte?”.

Por otra parte, el estudio plantea que los reparos ante esta práctica podría radicar en dos razones: la primera es que existen otros métodos para incrementar el número de donantes en Reino Unido y la segunda es que la infecundidad no es una condición mortal.

Ante el primer argumento, Hodson y Parker indican que hasta el momento los resultados reportados no fueron lo suficientemente eficaces. Por el segundo, que la clasificación de la infertilidad como enfermedad aún no está clara.

Por lo último, alegan también la existencia de transplantes en situaciones que no ponen en riesgo la vida de las personas, como es el caso de las de córneas.

Los autores sostienen que los espermatozoides de los difuntos pueden ser sustraídos mediante la electroeyaculación, el cual incluye el uso de descargas eléctricas, o a través de otros mecanismos quirúrgicos, como la incisión al escroto para extraer los tubos que los transportan. Luego, se procedería a la criopreservación.

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