El viejo viejo mundo

Mientras se aquietan las olas peruanas con la decisión del Tribunal Constitucional y las inminentes elecciones parlamentarias, las aguas internacionales siguen movidas. Las encuestas efectuadas en los Estados Unidos, después del asesinato del general iraní Qasem Soleimani, en Bagdad, revelan que la mayoría de los ciudadanos de ese país norteamericano, aun los que son favorables a la guerra, no consiguen ubicar en un mapa a Irán o Irak. La ignorancia, como la prepotencia, suele ser producto del desinterés, cuando no del desprecio.

Por cierto, el asesinato ha coincidido con la exhibición en Lima de la excelente película “Secretos de Estado”, que nos recuerda previas tropelías anglosajonas en esa región.

Por otro lado, este año el Perú será sede de la cuarta reunión del Foro de Antiguas Civilizaciones, que ha sesionado antes en Grecia (2017), Bolivia (2018) y China (2019). Los países participantes son, además de los cuatro mencionados, Italia, Irán, Irak, Armenia, y, como observadores, México y la India. Todos con civilizaciones de más de 4,000 años de antigüedad.

El asesinato, la película y el anuncio del Foro son propicios para recordar que la historia universal es mucho más vasta que la versión eurocéntrica que aprendimos en el colegio.

Europa es, geográficamente hablando, una península de Asia. Toma su nombre, según la mitología, de la hija del rey asiático de Tiro, violada, robada y transportada a Creta, por el dios Zeus. Según otra leyenda, escrita por Virgilio, Roma es fundada por el troyano Eneas, que huye de las ruinas de su ciudad natal asiática. El cristianismo viene de lo que hoy son Palestina e Israel. Grecia importa de Fenicia las técnicas de navegación, el alfabeto, la moneda e incluso la práctica de la polis, cimiento de su propia democracia. Así, Europa nace heredera del Asia,

La llamada Edad Media no se entiende sin la interacción con los musulmanes que recuperaron para los europeos a Aristóteles y otros clásicos, el número cero y el álgebra, entre muchos otros aportes. El Renacimiento, y el descubrimiento de América se sirvieron de los inventos y descubrimientos chinos.

Sin embargo, para Hegel, “Europa es el centro y el fin de la historia”. Para Montesquieu, “Europa es gobernada por costumbres, Asia y África por déspotas”. “Los europeos sentían que habían heredado la tierra”, dice Anthony Padget, profesor de John Hopkins.

En el siglo XXI, sin renegar para nada de nuestra herencia occidental, debemos ampliar nuestra mirada de la historia. Para ello será un estímulo la presencia en Lima de países como Irak e Irán, cunas de las grandes civilizaciones de Asiria, Babilonia y Persia.

Finalmente, hay que preguntarse si los conflictos bélicos que hoy se desarrollan en esa parte del mundo hubieran tenido lugar sin las invasiones imperiales de Occidente, sin el reparto abusivo que se hizo después de la primera guerra mundial y sin las guerras desatadas por los EEUU en los últimos años.

P.S. Javier Pérez de Cuéllar cumple cien años. Júbilo para todo el Perú y agradecimiento particular de los muchos peruanos que recibimos su sabio consejo en diversos momentos.