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Bebé quedó sin extremidades y su madre le regala un juguete especial que lo ayudará a movilizarse [FOTOS]

Una sepsia hizo que el pequeño Oliver pierda ambas manos y piernas. Los médicos dijeron que no sobreviviría, pero hoy está al lado de sus padres acostumbrándose a su nuevo estilo de vida.

El pequeño Oliver A., nacido en Reino Unido perdió sus cuatro extremidades luego de sufrir una sepsis, pero esta Navidad recibió un regalo especial que le permitirá moverse. Tenía una simple infección de garganta, pero esta se convirtió en un problema mortal en marzo de este año.

Su mamá, Abigail Wardle, de 23 años, le compró un auto a control remoto que ella manejará para que su bebé pueda movilizarse por donde desee sin ningún problema.

Ella contó para The Mirror: “Ha sido inolvidable esta Navidad. No esperábamos que lo hiciera este año, así que el hecho de que haya podido abrir sus regalos con él me hace sentir muy orgullosa de él”.

“Hemos vivido una pesadilla durante casi un año. Ahora que está en casa ha sido mucho mejor. Es un verdadero luchador, ha superado todas las probabilidades de estar aquí”.

“Cuando vio su auto, su sonrisa casi me rompió el corazón. Ha sido la mejor Navidad de todas”.

Abigail llevó por primera a Oliver al médico en marzo, cuando notó que su garganta parecía estar hundido y le preocupaba que estuviese deshidratado, pero cuenta que el médico los regresó a casa diciendo que solo debía beber más líquidos.

Al día siguiente, el estado de su bebé empeoró por lo que tuvo que acudir nuevamente al médico. Cuando llegaron, una enfermera lo observó colapsar, por lo que rápidamente un equipo de médicos comenzó a intentar salvarle la vida.

Tras varias horas de espera, el pequeño quedó en grave estado y les comunicaron a los padres que la sepsis se había desarrollado a partir de una infección de garganta no diagnosticada, por la cual Oliver nunca mostró ningún síntoma.

Los médicos dijeron que Oliver no sobreviviría, pero increíblemente el niño se recuperó y pudo sobrevivir sin dejar secuelas en su cerebro, pero la sepsis causó que ambas manos y piernas se pongan negras hasta el punto de tener que amputárselas.

“Una vez que le quitaron las extremidades, fue como un niño diferente, tan feliz y lleno de vida que me pareció un alivio”, señaló Abigail.

Oliver fue dado de ata en junio, y ahora se ha acostumbrado a una vida sin extremidades. Su madre agrega: “Estoy muy orgullosa de Oliver y de lo que ha superado. Se ha tomado todo con calma y es increíblemente resistente. Me hace sonreír todos los días”.

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