Niña tenía un raro cáncer, pero los doctores le dijeron que eran “dolores del crecimiento”

Darcy, una niña de ocho años con un tipo de cáncer a los huesos que sufre sólo uno de cada veinte millones de niños en el mundo, falleció la mañana del domingo en su casa de Fife, en Escocia. Los médicos confundieron inicialmente los síntomas de su enfermedad con “dolores del crecimiento”.

La menor comenzó a sentir malestares a los tres años. Ella fue llevada al doctor cuando su madre le encontró un extraño bulto en su columna vertebral. El médico, sin embargo, le dijo que “no había nada de que preocuparse”.

Hace algo más de un año, la pequeña empeoró y perdió peso, pero los médicos insistieron en que “solo eran dolores del crecimiento”. Recién en enero pasado, cuando la menor empezó a caerse diariamente, los especialistas le dijeron que tenía un cordoma, un raro y agresivo cáncer que ataca a la columna.

La niña recibió el diagnóstico cuando su mal ya se había extendido a sus costillas, pulmones, mano, brazos, piernas y cráneo. Una semana después de haber recibido quimioterapia de emergencia, los doctores dijeron que ya no había tratamiento o cirugía que la pudiese sanar.

Sabiendo que iba a morir, Darcy planeó su propio funeral con su madre y recolectó miles de libras esterlinas para una caridad. “Cuando a tu niño le diagnostican una enfermedad terminal, no tienen voz ni voto sobre su muerte, pero yo estuve decidida a darle a Darcy algo que pudiera controlar”, dijo entonces su madre al Daily Record.

En recientes declaraciones al Mirror, la señora indicó que el doctor que diagnosticó a su hija le dijo que “no podía creer cuanto tiempo se perdió”. “Si esto se hubiera hallado antes, no tengo duda de que Darcy pudo haber tenido una oportunidad de vencer esta cruel enfermedad”, señaló la madre.