Y dale con el Brexit
“Con millones de personas en la pobreza, o comenzando a entrar en ella, no parece el mejor momento para sumarle a la economía británica las previsibles penurias de un Brexit que una mayoría rechaza”.
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Boris Johnson está vendiendo la victoria del partido conservador británico como una suerte de solución al asunto del Brexit, bajo la modalidad de que esta vez sí o sí. Pero el triunfo de los torys y la llegada del postergado Brexit no necesariamente son la misma cosa. También hubo conservadores que ayudaron a bloquear la iniciativa en pasadas legislaturas.
El país sigue dividido en el tema, con creciente ventaja para quienes desean permanecer en la Unión Europea. A comienzos de este mes un consolidado de 77 encuestas daba 51% contra 42%. Hay una distancia parecida en la consulta sobre el voto en un nuevo referendo. La permanencia ha vuelto a su máximo histórico y se ha quedado allí. A partir de aquí la ventaja solo podrá aumentar.
El triunfo de Johnson inmediatamente mejoró las cosas en la bolsa de Londres y en el valor de la libra esterlina, pero quizás eso no dure. Pues una mirada retrospectiva muestra que la sola posibilidad del Brexit ha venido afectando seriamente las cifras económicas de Gran Bretaña. No se entiende cómo esa tendencia puede modificarse en los tiempos que vienen.
El triunfo de Johnson le ha causado gran alegría a Donald Trump, quien probablemente lo ve como una antesala de su propia victoria en noviembre del próximo año. Sin embargo cabe preguntarse si Washington será aliado suficiente para Gran Bretaña si esta llega a cortar sus amarras europeas. Más todavía si el Brexit va perdiendo apoyo entre la población, algo previsible.
Entre los problemas en el camino de Johnson está la dificultad para concretar la salida de la UE el próximo 31 de enero, la más reciente fecha final. Además, en esta misma elección el Partido Nacional Escocés ha avanzado sus fichas, lo cual reabre las posibilidades de un referendo para la independencia de Escocia, que sí quiere mantenerse europea.
En medio de todo esto están las propuestas de un programa conservador de austeridad con cortes en los beneficios sociales a la población. Con millones de personas en la pobreza, o comenzando a entrar en ella, no parece el mejor momento para sumarle a la economía británica las previsibles penurias de un Brexit que una mayoría rechaza.
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