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Reflejo de una crisis

Los unos y los otros. Guaidó enfrenta casos de corrupción en su entorno. Mientras Maduro decidió armar a los obreros... pero no hay fábricas.

Caracas. Agencias

El jefe del Parlamento, Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por 60 países, anunció la suspensión de sus responsabilidades a un grupo de diputados opositores que están supuestamente involucrados en un caso de corrupción.

En una rueda de prensa, el líder opositor informó sobre el inicio de una investigación exhaustiva con ONG y prensa, dada la “precariedad de las instituciones” venezolanas a las que acusa de estar “usurpadas” por el chavismo gobernante.

Sin embargo, la suspensión de responsabilidades no significa que les haya retirado a los diputados su investidura como legisladores.

Guaidó manifestó su rechazo a las supuestas gestiones que habrían hecho un grupo de diputados para dar indulgencias a empresarios presuntamente vinculados con el chavismo señalados de corrupción.

Según el portal Armando.info, un grupo de diputados coordinado por Luis Parra, de Primero Justicia (PJ), habrían entregado a la Fiscalía colombiana una carta “de buena conducta a favor de los responsables de los negociados en torno a las importaciones para los combos CLAP (programa de alimentos subsidiado del Gobierno señalado de corrupción)”.

El objetivo, señaló el medio, era "que esos organismos absuelvan o dejen de investigar a empresarios como Carlos Lizcano, subalterno de los ya sancionados Alex Saab y Álvaro Pulido", quienes supuestamente manejan el negocio de los CLAP.

¿Obreros armados?

Por su parte, Nicolás Maduro ordenó al ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, entregar 13.000 fusiles a los obreros y cuerpos de combatientes, al tiempo que giró instrucciones para convertir las fábricas en cuarteles para enfrentar un supuesto ataque del gobierno de Colombia.

Lo que sorprende de sus anuncios de armar a los trabajadores es que no explicó cómo va a reactivar las empresas, que técnicamente se encuentran paralizadas, aunque oficialmente no están cerradas, por falta de inversión y mantenimiento.

Tampoco informó cómo va a reactivar las empresas convirtiéndolas en cuarteles. Por ejemplo, la Siderúrgica del Orinoco, que una vez fue vendida a la argentina Techint y luego nacionalizada por Hugo Chávez, se encuentra prácticamente cerrada, y no parece que vaya a reanudarse con el ingreso de fusiles.

La caída de la actividad económica es grave. Según la patronal Fedecámaras, este año Venezuela registraría una caída de 42% del PBI y el próximo año la Cepal proyecta -35% para el país. La recesión sumada a la hiperinflación de 24.000% no atrae a los inversionistas y mucho menos bajo la amenaza de los fusiles en manos de trabajadores, apuntaron empresarios.

De otro lado, los trabajadores del sector público se han sorprendido de que el pago de sus pasivos laborales sean cotizados en el petro, una criptomoneda virtual chavista respaldada con el petróleo y el oro, que nadie acepta como forma de pago.

EEUU pone en duda usar la fuerza militar

El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, reconoció que usar la fuerza militar en Venezuela tendría “riesgos” significativos, en lo que supone un cambio sustancial en la postura que hasta ahora ha defendido el Gobierno estadounidense sobre una opción militar.

“Hemos visto a gente pidiendo un cambio de régimen mediante medios violentos y, desde enero, hemos dicho que todas las opciones están sobre la mesa para ayudar al pueblo venezolano. Eso, desde luego, todavía no es verdad, pero hemos aprendido de la historia que los riesgos de usar la fuerza militar son significativos”, dijo Pompeo.

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