Creía que su hija solo era “gruñona”, pero descubrió que era síntoma de un cáncer agresivo
La menor de 9 años tenía un tumor de 13 cm envuelto alrededor de su arteria principal. Además, la enfermedad hizo metástasis a sus huesos.
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Lynsay Hughes de 38 años, no pensó que su hija, Evie tuviese una enfermedad grave, cuando dejó de comer y tenía poca energía.
Evie fue referida al Hospital North Tees cerca de la casa de la familia y después de pasar cinco días ahí, fue dada de alta. Los médicos le habían detectado una infección renal crónica; sin embargo, unos días después sus labios se pusieron azules y sus extremidades inferiores comenzaron a hincharse.
Por lo que Lynsay y su esposo, decidieron llevarla otra vez al hospital, donde recibieron la devastadora noticia, su pequeña de 2 años tenía un neuroblastoma en etapa 4.
El neuroblastoma es un tipo de cáncer que suele encontrarse en las pequeñas glándulas ubicadas sobre los riñones, es muy agresivo y suele atacar a los niños menores de 5 años, fue lo que les dijo el médico.
Creía que su hija solo era “gruñona”, pero descubrió que era síntoma de un cáncer agresivo
La madre de Evie, no podía creer que su hija tuviese cáncer, por lo que al enterarse se echó a llorar y manifiesta que nunca va a poder olvidar las palabras exactas del doctor.
“No solo tiene cáncer, te digo que tiene la bestia de los cánceres infantiles”, señaló el médico.
El conjunto de especialistas en salud que atendía a Evie, comenzaron a realizar los análisis necesarios para brindarle el tratamiento adecuado, cuando descubrieron que el cáncer se había extendido hasta sus huesos y de inmediato ordenaron la primera ronda de quimioterapias.
Finalmente, después de casi dos años de tratamiento agotador y cirugías para extirpar el tumor, la familia recibió la noticia que habían estado esperando escuchar: el cáncer había desaparecido y Evie estaba en remisión.
Creía que su hija solo era “gruñona”, pero descubrió que era síntoma de un cáncer agresivo
La gran mayoría de hospitales que se dedican al tratamiento del cáncer, suelen tener un timbre que se toca únicamente cuando un paciente logra vencer a la enfermedad.
Y como lo cuenta Linsay, el día que Evie tocó ese botón fue el día más feliz para toda la familia.
“Fue un gran día para nosotros, Evie llevaba un vestido con arcoíris y toda nuestra familia vino al hospital para verla tocar el timbre”, señaló la mamá de Evie.
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