Precio del dólar hoy, miércoles 24 de abril
Mundo

Y ahora, el trol geopolítico

“La gente no necesita de las redes sociales o el malandrinaje de los troles para sentir hartazgo frente a la presión de sus problemas cotidianos”.

Mirko Lauer
Mirko Lauer

Donald Trump ha acusado a Moscú de utilizar las redes sociales para atizar las brasas en las calles de Chile y agravar mediante troles los problemas de ese país. Moscú rechaza esta acusación y agrega que por ese medio los EEUU buscan desacreditar la política exterior de Rusia. El desestabilizado Sebastián Piñera no ha hecho mayores comentarios sobre el asunto.

Cierto o no en el caso chileno, la posibilidad de este tipo de intromisión ya está en el menú político de la globalización digital. Hizo su debut en las acusaciones al propio Trump de haberse beneficiado de una decisiva ayuda rusa en redes sociales para su campaña electoral del 2016. La veracidad del hecho todavía está en debate.

En cierto modo el trol ha reemplazado a lo que fue la nave cañonera frente a las costas como instrumentos de la política internacional. Ahora se desembarca sobre el público local que sigue la noticia en las redes. Un arma preferida son las fake news, descendientes directas de la dezinformatsiya, que la URSS ciertamente no inventó, pero sí relanzó y bautizó en el mundo.

La acusación de Trump a Moscú llega en el contexto de la versión de que las movilizaciones contra gobiernos de derecha son una bien sincronizada operación de La Habana, Caracas, el Foro de Sao Paulo (algunos llegan hasta a incluir al financista liberal George Soros). Para quien quiera creer en ella, Moscú encaja bien en el panorama de la versión.

Que los gobiernos de izquierda ayudan a los grupos ideológicamente afines sobre el terreno de otros países es algo conocido de tiempo atrás, y no tiene por qué haber cambiado. La novedad sería la eficacia de las redes para complementar, y hacer decisiva, esa ayuda. Un juego que por el momento parece estar reservado a las grandes potencias, y cuya eficacia está por demostrarse.

Hasta nuevo aviso, son los factores específicos de cada país los que parecen decisivos en las movilizaciones. Sobre todo factores como el malestar económico o reclamos que han colmado la paciencia de la población. La gente no necesita de las redes sociales o el malandrinaje de los troles para sentir hartazgo frente a la presión de sus problemas cotidianos.

Los artículos firmados por La República son redactados por nuestro equipo de periodistas. Estas publicaciones son revisadas por nuestros editores para asegurar que cada contenido cumpla con nuestra línea editorial y sea relevante para nuestras audiencias.