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Joven murió tras inyectarse silicona en los genitales a pedido de sus novios

Tenía 28 años y vivía junto a sus novios en una relación homosexual poliamorosa. Era una especie de secta que los obligaba a tener cuerpos formados y grandes genitales, según denuncia su madre.

En Estados Unidos, Tank Hafertepen, un joven australiano de 28 años que pertenecía a una especie de secta poliamorosa homosexual conformada por otras cinco personas más, murió al intentar agrandar sus genitales inyectándose silicona.

Según denunció Linda Chapman, madre del chico, uno de los integrantes del grupo que funge como líder fue quien motivó a su hijo a hacerse esa peligrosa intervención para satisfacer a los demás miembros.

Los cinco hombres vivían juntos en la localidad de Seattle. Dylan Hafertepen era considerado el “maestro” y los demás sus “cahorros” sumisos, según las publicaciones que hacían dentro de la red social Tumblr, en la que contaban con cientos de seguidores.

En dicha cuenta, los hombres contaban sus experiencias homosexuales dentro de la relación poliamorosa. Fue esa la razón por la que la muerte de Tank Hafertepen generó gran tristeza en la comunidad LGTBI.

Los cinco hombres se inyectaban solución salina en sus genitales para agrandarlos temporalmente.

Joven murió tras inyectarse silicona en los genitales a pedidos de sus novios. Foto: Facebook

Joven murió tras inyectarse silicona en los genitales a pedidos de sus novios. Foto: Facebook

Linda Chapman cree que su hijo había empezado con ese hábito en 2014, bajo las órdenes de Dylan Hafertepen, quien exigía que como parte del “culto” los integrantes tengan exuberantes genitales y otros atributos físicos.

Personas allegadas a Tank Hafertepen, el chico fallecido, le preguntaron en muchas oportunidades hasta cuándo seguiría sometiéndose a esos agrandamientos. Este respondía que “el maestro decidirá el momento adecuado”.

Pese a que la muerte de Tank Hafertepen fue en 2018 debido a una embolia pulmonar, la madre dice que era parte de la negligencia que Dylan Hafertepen tenía con los hombres que pertenecían a su secta.

Más de un año después, Linda Chapman y su hijo Ben han demandado las cinco parejas del joven fallecido ante la justicia de los Estados Unidos.

Además, acusan a Dylan de haber hecho que Tank Hafertepen le deje una herencia de 200 000 dólares a su “maestro” y se haya alejado de su familia desde 2012, cuando salió de su natal Australia, dejando de lado todo contacto con los suyos.



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