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Caso Próvolo: menor revela que, tras ser violada por sacerdote, una monja le puso pañal para detener hemorragia

Horror. Víctima de Horacio Corbacho contó en la cámara Gesell que la monja Kumiko Kosaka, asistente del religioso, encubrió los vejámenes cometidos en el Instituto para niños sordos de Argentina.

Foto: Difusión.
Foto: Difusión.

El juicio por el caso Próvolo, que ha sacudido la iglesia católica de Argentina, ha sacado a la luz las atrocidades que se cometían en el instituto del mismo nombre, dedicado a la enseñanza de niños con dificultades auditivas de cinco a 12 años.

El recinto está ubicado en la ciudad de Mendoza, a unos 1.000 km al oeste de Buenos Aires, pero fue cerrado en 2016 tras las primeras denuncias por abusos, cometidos desde 2004, según los testimonios.

El juicio inició en agosto pasado en Argentina e involucra a los curas Nicola Corradi (italiano, de 83 años), Horacio Corbacho (argentino, de 59) y el jardinero Armando Gómez (49).

Pero esta semana, una víctima incluyó otro nombre y confirmó lo que hasta entonces era un rumor.

La monja japonesa Kumiko Kosaka, de 42 años, a cargo del albergue de las niñas, encubrió a los religiosos y hasta participó de los sometimientos.

Los primeros enfrentan cargos de abuso sexual, corrupción de menores y malos tratos por lo que pueden ser condenados a penas de hasta 50 años de prisión.

Aunque el proceso se lleva a cabo a puertas cerradas desde hace poco más de un mes, el Canal 9 Televida Mendoza, asociado a Telefe, tuvo acceso al testimonio que dio una de las víctimas en la cámara Gesell.

Ella, que ahora tiene 20 años, contó que la religiosa Kosaka Kumiko le colocó pañales para contener la hemorragia que presentó tras la violación.

La víctima, que puso la primera denuncia en noviembre del 2016 —la misma que desencadenó este juicio—, declaró en 3 ocasiones, pero se reprodujeron, en su totalidad, solo dos.

En ellas asegura que Horacio Corbacho la abusó sexualmente en el baño del instituto Próvolo. Incluso, dijo que en una ocasión una compañera la halló malherida en el baño y le dio servilletas para que pudiera limpiarse.

Mientras tanto, según Canal 9 Televida Mendoza, este miércoles se culminaría con la declaración de la víctima mediante cámaras Gesell en tiempo real.

Horacio Corbacho, el sacerdote abusador, llegó a Argentina, país del papa Francisco, en 1970 proveniente del Próvolo de Verona (Italia) y se hizo cargo de la institución, primero en La Plata y luego, en 1998, en Mendoza, donde lo detuvieron preventivamente el 26 de noviembre de 2016.

No basta ni Dios, ni castigo, ni perdón

Consultado por la agencia AFP, el monseñor Alberto Bochatey, obispo auxiliar de La Plata, Argentina, dijo que "no hay suficientes palabras para solidarizarnos con el horror que han vivido y que les ha lastimado tanto. Y sobre eso hay que pedir perdón y tratar de sanar de la mejor manera posible, sin odio”.

Bochatey fue designado comisario apostólico por el papa Francisco en julio de 2017 como interventor de la Compañía de María, de la que surgieron los institutos Próvolo.

“Cuando me nombraron, lo primero que quise hacer fue acercarme a las víctimas para pedir perdón, y me sacaron volando. Hasta el día de hoy no lo pude hacer. Habrá que esperar que termine el juicio”, declaró.

El obispo dice estar “muy feliz de que empiece el juicio” e invita a diferenciar lo que llama “las víctimas verdaderas” de los que se aprovechan.


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